En recientes conferencias a las cuales asistí, hubo cifras contundentes que nos ayudan a comprender el impacto que tiene y tendrá en nuestras vidas, el mundo digital. La primera presentada por Juan Carlos Archila de América Móvil, quien nos muestra que para 2025 el 50% del PIB mundial girará en torno a la economía digital y, la segunda, que para 2030 la transformación digital le podría generar a Colombia US 114B adicionales, es decir el 22% del PIB, esto teniendo en cuenta que, según Giovanni Stella de Google, varios países latinoamericanos como México, Argentina, Brasil, Chile, Perú y Colombia, hacen parte del grupo de 16 países que se han identificado y reconocido como velocistas digitales.
Israel, por ejemplo, nos demuestra que una política clara sobre innovación y vocación internacional genera grandes resultados: hoy sus principales 10 empresas tecnológicas tienen un valor de mercado de US 136B. Solo para que tengamos unos datos de referencia, Rappi está valorada en aproximadamente US 5B y Mercado Libre en US 43B, mientras que Ecopetrol tiene una capitalización de US 21B.
En nuestra región, grandes empresas y especialmente las pymes de tecnología asociadas al mundo eléctrico, tienen necesidades y oportunidades similares o complementarias en diversos aspectos, entre estos: acceso y retención del talento, proveedores de servicios, visibilidad para desarrollar vínculos que generen valor, inversión en innovación, vocación internacional; sin embargo, muy pocas de ellas van más allá de los bordes locales.
Por todas estas razones, requerimos desplegar acciones para dinamizar la economía digital. Una de ellas fue precisamente impulsada recientemente por el Comité Colombiano de la CIER – COCIER, entidad que acaba de cerrar el 1er N-TECH, encuentro de proveedores de servicios de tecnología para las empresas del sector eléctrico, que además de generar valor al sector, logró consolidar cerca de 400 reuniones de negocios. En este espacio, los proveedores encontraron en un mismo lugar a las empresas de energía que por su parte descubrieron soluciones que no tenían en sus radares, propiciando con ello lo que se conoce como “momemtum” esta vez para los negocios digitales. Quedan muchas tareas y retos por cumplir, entre ellas seguir jalonando la innovación y la internacionalización de proveedores y desarrolladores de tecnología.
Para avanzar hacia este propósito digital, además de motivar el desarrollo de talento adecuado para vincularlo a las corporaciones locales o globales con operación en Colombia, lo cual es muy importante; también es clave desde estas grandes empresas impulsar masivamente el desarrollo de proveedores y emprendimientos como una manera de generar y retener el talento. Este paso será fundamental para que los emprendedores, seguramente apalancados en empresas locales, que por demás recibirán un beneficio inmenso, también puedan proyectarse internacionalmente.
Definitivamente existe convergencia entre las TIC y el sector energético. Impulsemos el desarrollo de habilidades digitales y de la innovación especialmente en las pymes y propiciemos el crecimiento de cientos y miles de proveedores de tecnología; de esta forma las empresas usuarias, las escuelas de tecnología, los emprendimientos y en general la sociedad, nos moveremos hacia una economía digital. Tremenda oportunidad la que tenemos de transformar la economía del país. La adoptamos o la vemos pasar.