El coronavirus se instaló hace poco mas de una semana y cambió por completo la rutina de los uruguayos. La mayor parte pasa sus días dentro del hogar y en muchos casos trabaja a distancia, tanto en el sector público como en el privado. Las salidas son contadas para hacer compras en el supermercado o la farmacia. Cientos de comercios están cerrados, no hay clases en liceos y escuelas, y las calles lucen casi desiertas sin el ruido habitual de vehículos y personas.
La actividad ha bajado el ritmo y eso se nota en la demanda de combustibles y en el consumo diario de electricidad que han descendido en comparación a días de normalidad. También se registra un impacto importante en el uso de internet que se refleja en un mayor consumo de datos.
En relación a la demanda de energía eléctrica, el consumo en los últimos 8 días hábiles cerrados al miércoles 25 de marzo y contados desde que se declaró la emergencia sanitaria por coronavirus mostró un leve descenso en comparación a cómo venía transcurriendo el mes de marzo. Y por franjas horarias, la baja fue más pronunciada en el horario laboral de entre las 12 y las 18 horas.
De todas formas todavía resulta difícil cuantificar cuánto se debe netamente al efecto de la cuarentena en la actividad y cuánto a la variación de la temperatura, según dijo a El Observador el gerente de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME) Ruben Chaer. En la medida que los días han sido más templados ese aspecto incide en un menor encendido de los equipos de aire acondicionado. Esa práctica se hace también más extendida estando en el hogar que si las personas están en la oficina.
Otro aspecto que sobresale por estos días en el sistema eléctrico es la importación de excedentes desde Argentina. Al otro lado del charco, donde existe cuarentena obligatoria por la pandemia la demanda de energía ha menguado y existe buena disponibilidad para poner a disposición de la región. En los últimos días Uruguay aprovechó ofertas y compró a precios de entre US$ 65 y US$ 80 MWh. En la medida que la energía eólica no está ayudando demasiado en algunos momentos del día, y que por falta de lluvias se busca preservar el agua de los embalses, la energía argentina permite cubrir tramos puntuales de la demanda, que de otra forma se tendrían que atender con generación térmica y a costos operativos más elevados.
Combustibles
Por otro lado, el presidente de Ancap Alejandro Stipanicic informó a El Observador que la gerencia general del ente ha trabajado a la perfección con guardias sombras para evitar cualquier tipo de reducción de actividad en la refinería de La Teja, tomando todas las precauciones del caso para mitigar la propagación del coronavirus.
“Tenemos inventarios suficientes para más de 20 días de gasolinas, con una demanda que cayó 30%. Con gasoil pasa lo mismo, tenemos 120 días de inventario de gasoil y la refinería produciendo normalmente”, apuntó. La demanda de gasoil cayó un 18% en los últimos 13 días.
Eso significa también una menor recaudación de Imesi que impactará de lleno en los ingresos de la Dirección General Impositiva (DGI) y que se notará ya en los datos de marzo.
FUENTE: EL OBSERVADOR