Las energías renovables no convencionales se han convertido en la meta de muchos países porque han demostrado aportes significativos para la sostenibilidad energética al tiempo que son amigables con el medio ambiente.
Como el mundo se está moviendo a tener fuentes eléctricas más limpias, Colombia no es la excepción, por eso, ha comenzado a dar los pasos necesarios para diversificar su matriz energética nacional.
Para alcanzar este objetivo, el Gobierno ha venido expidiendo una serie de regulaciones orientadas para tal fin, con el fin de que las nuevas alternativas entren a operar en el mercado colombiano.
Carlos Alberto Zarruk Gómez, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Energía (CCEnergía), al respecto indica que a partir de la Ley 1715 y de las demás normas que se han expedido al respecto, se ha comenzado a dar las directrices para que se empiece a implementar las fuentes no convencionales de energía renovable (Fncer) en Colombia.
Esto ha llevado a que en la actualidad en la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), existan 382 proyectos de generación con Fncer que están planteados a desarrollarse.
Zarruk comenta además, que conscientes de esta nueva realidad mundial que se está viviendo algunas empresas del sector energético colombiano, han comenzado a realizar alianzas estratégicas con entidades internacionales para emprender iniciativas de Fncer en el país.
Y el sistema
Ante este escenario surge una pregunta, será que las redes eléctricas con que cuenta Colombia son suficientes para captar los excedentes de energía que entrarían a generar las fuentes alternativas al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
En opinión de José Camilo Manzur, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis), la adaptación de los sistemas de distribución para facilitar la inserción de la generación distribuida y la autogeneración, no es distinta a como se ha llevado a cabo a nivel internacional, esto es, una integración por etapas.
“De tal manera que de forma gradual se garantice la operación segura de la red existente, y se integre el desarrollo de mercados de energía sobre la red de distribución, de forma eficiente y confiable. En esto han venido avanzando las empresas distribuidoras del país”, enfatiza Manzur.
No obstante, ante la inserción gradual de la generación distribuida y la autogeneración, lo que incluye la venta de excedentes por parte de los usuarios, Asocodis considera que las entidades encargadas de garantizar el funcionamiento de las redes eléctricas, tienen retos asociados a la remodelación y modernización de estas y a la ampliación de la capacidad de circuitos de distribución.
No obstante, ante la inserción gradual de la generación distribuida y la autogeneración, lo que incluye la venta de excedentes por parte de los usuarios, Asocodis considera que las entidades encargadas de garantizar el funcionamiento de las redes eléctricas, tienen retos asociados a la remodelación y modernización de estas y a la ampliación de la capacidad de circuitos de distribución.
De esta manera, se está contribuyendo con una prestación del servicio en condiciones adecuadas de calidad, niveles eficientes de pérdidas, confiabilidad y seguridad, entre otros aspectos.
Además el ente regulador en la Resolución Creg 030 de 2018, estableció los lineamientos generales asociados a la estandarización de procedimientos de conexión al sistema de distribución de generadores distribuidos y autogeneradores a pequeña escala, cuyo desarrollo normativo contó con la participación de Asocodis a través de la propuesta del Estatuto de Generación Distribuida.
En la actualidad, observa Manzur, ya se han venido conectando proyectos que permitan inyectar a la red excedentes de energía.
Entre tanto, Luis Ernesto Mejía, exministro de Minas y Energía sobre el particular indica: “La medida emitida por la Creg lo que está procurando es atraer diferentes generadores y nuevas tecnologías, ahora está en discusión es que este proceso sea armónico y se entienda que todas esas nuevas técnicas son benéficas”.
También agrega, que estas alternativas deben entrar en un ambiente no de competencia entre las fuentes existentes sino de complementariedad, por tanto, son bienvenidas pero el sistema tiene que tener firmeza.
Operadores preparados
Durante el 11 Encuentro Anual del Sector Energético Colombiano, organizado por la Asociación Colombiana de Generadores de Energía (Acolgen), los expertos que participaron señalaron que los operadores de red si están preparados para recibir la energía que entrarían a ofrecer los autogeneradores.
Eso sí hicieron la salvedad de la Región Caribe, en donde calificaron a Electricaribe como una vaca muerta atravesada en el camino, pero los demás operadores han venido en un proceso de modernización y adecuación.
Destacaron asimismo, que Colombia cuenta con un Sistema Energético de clase mundial que no tiene nada que envidiarle a los países desarrollados, de manera que la nación está preparada para dar este paso.
Ángela Montoya, presidenta de Acolgen recordó que el sistema eléctrico colombiano es uno de los más confiables y limpios de mundo e invitó al Gobierno a mantener las garantías para que siga operando con solidez y a propiciar la incorporación de las Fncer bajo esquemas de mercado y libre competencia.
En cuanto a la integración eficiente de las Fncer, la dirigente gremial observó que: “Colombia tiene allí un potencial por explorar para seguir robusteciendo la complementariedad de nuestra matriz energética”.
Pero es fundamental, enfatiza Montoya, que Colombia halle su propia fórmula y que esta integración se realice en unas condiciones de verdadera competencia y garantías para todos los actores involucrados, sin descuidar la que ha sido hasta ahora nuestra gran fortaleza, la hidroelectricidad una fuente también renovable, que ha permitido que el sector energético colombiano sea uno de los más limpios del planeta.
Lo anterior se ve reflejado porque al producir el 70 por ciento de su consumo con agua, el sector de la generación eléctrica solo aporta un 2,9 por ciento de las emisiones de carbono en el país, el cual es uno de los niveles más bajos del orbe.
FUENTE: EL TIEMPO