Luz y soplo de aire fresco para la economía. Por primera vez en la historia, en el 2021 las inversiones en la energía verde (solar, eólica) superarán a las de la energía fósil, según previsiones del banco Goldman Sachs. Así que la década de los años veinte de este siglo marcará el principio de la era de las renovables, con un mercado que tendrá un valor de unos 14 billones de euros, es decir más de un billón por año y la posibilidad de crear 20 millones de empleos en el mundo.
Si se incluyen los biocombustibles, estas fuentes energéticas representarán una cuarta parte de todas las inversiones en el sector el año que viene. En el 2014 eran tan sólo el 15%. En cuanto a consumo, según un informe reciente de BP, la energía renovable ya representó más del 40% del crecimiento global en energía primaria en el 2019, más grande que cualquier otro combustible. Como resultado, las renovables aumentaron su participación en la combinación de energía del 4,5% del 2018 al 5% de este año.
En EE. UU. el cambio ya es una realidad. El sol y el viento representarán el 76% de las fuentes de energía de nueva generación instaladas este año. En el 2019, el consumo anual de fuentes energéticas renovables excedió el de las fósiles por primera vez desde 1885, es decir, en más de 130 años, según datos de la administración de energía.
“Las energías renovables deben ser la columna vertebral para reiniciar las economías a raíz del brote de la Covid-19”, dijo Francesco La Camera, director de la Agencia Internacional de las Renovables (Irena). Este organismo ha identificado que los costes de la electricidad renovable han caído en la última década, debido a la creciente economía de escala, la mejora de la tecnología y el aumento de la competitividad de las cadenas de suministro.
Comparación
Respecto al 2008, la energía solar cuesta un 10% del precio de aquel entonces
En comparación con los costes del 2010, la energía solar fotovoltaica registró la mayor disminución, cayendo un 82%, la eólica en tierra un 39% y en alta mar un 29%. En comparación con la anterior crisis financiera del 2008, según BP, la solar cuesta una décima parte respecto a entonces: el sol puede ser la palanca del nuevo modelo desarrollo.
Su precio, que ronda los cinco céntimos de euro por kWh, con una caída en el 2019 del 13%, ya ha alcanzado unos niveles a los que la Agencia Internacional de la Energía creía que se llegaría... ¡a mitad de este siglo! Esta disminución en el precio se registra en gran parte en Alemania, donde más de la mitad de su combinación de energía está compuesta por renovables. Cada vez que se duplica la capacidad solar, el precio total de la energía solar cae alrededor del 30%.
En Europa, hoy por hoy cuesta menos invertir en paneles solares que en una central de carbón. De hecho, un análisis publicado por la organización de investigación Carbon Tracker Initiative en marzo sugirió que en la próxima década, será más barato cerrar plantas de carbón (que todavía tienen previstos unos proyectos de inversión de 530.000 millones de euros) y reemplazarlas con nuevas plantas eólicas y solares.
Ramez Naam, uno de los gurús de la energía de la Singularity University, publicó un análisis en mayo en el que sugiere que para el 2035 los precios solares promedio alcanzarán un céntimo de dólar por kW/h si las cosas continúan su camino actual. “En un mercado puramente abierto, estos precios increíblemente bajos llevarían a la quiebra a las plantas de carbón restantes del mundo e incluso afectarán a la rentabilidad de plantas de gas natural baratas”, escribió en el informe.
Competitividad
La energía convencional también es más conveniente, pero tiene costes fijos
No obstante, es verdad que el crecimiento de las renovables es más pequeño de lo que se pronosticó antes de la pandemia, porque las fósiles también bajaron de precio. Randeep Somel, director de inversiones de renta variable de M&G, explica a este diario que hay otros costes asociados a los combustibles tradicionales que no deben pasarse por alto. “El petróleo necesita ser refinado y transportado, el gas debe ser comprimido y luego enviado o canalizado. El carbón es un producto a granel que también necesita ser transportado. Los recursos renovables no tienen este costo de uso continuo. Esto les da una gran ventaja competitiva”.
En este contexto, la economía española podría aprovechar mejor su posición, algo que retrasó por su controvertido “impuesto al sol”, que frenó la expansión al penalizar el autoconsumo de renovables. “España es un país mucho más soleado con vastos espacios, por lo tanto, la energía solar es óptima. Pero esto no significa que no veremos paneles solares en el Reino Unido y turbinas eólicas en España. Los países están optimizando la mezcla según sus geografías”, concluye Somel.
FUENTE: LA VANGUARDIA