La mitología de la devastación y el abandono que rodea a Chernóbil hacen olvidar con frecuencia el propósito original de la central: generar energía. En su máximo esplendor, la central generaba miles de vatios para el norte de Ucrania, cerca de la populosa ciudad de Kiev, y representaba un paradigma ejemplar de la pericia técnica soviética. Todos sabemos cómo terminó aquella historia.