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    La energía se transforma

    Colombia escaló 14 posiciones en el ranking de sostenibilidad energética del Consejo Mundial de Energía (WEC, por su sigla en inglés) . En 2020 el país pasó del puesto 49 al 35 y ocupó el sexto lugar de América Latina y el Caribe.

    En dos años Colombia aumentó casi cinco veces su capacidad instalada de energías renovables con 140 megavatios. En el segundo semestre de 2020, entrarán en operación proyectos de autogeneración y de contratos bilaterales que aportarán otros 300 megavatios.

    Esto hace parte de la transición energética que llevará al país a contar con 2.800 megavatios, con más de 50 proyectos. Eso va a representar cerca de 17% de la oferta energética del país. El proceso de desarrollo de energías más limpias viene avanzando en el mundo como compromiso para cuidar el ambiente y contar con prácticas más sostenibles que los mercados alrededor del planeta ya están reconociendo.

    En medio de esto aparecen nuevas tecnologías cada vez más cercanas que pueden aportar además a la transformación productiva. Una de ellas es la del hidrógeno verde. Como explica Guilherme de Mendonca, managing director de Siemens Energy Colombia, se produce a partir de la energía eléctrica abundante, generada a precios muy competitivos a partir de fuentes renovables, y la electrólisis del agua. “La aplicación de la energía eléctrica renovable y limpia en el agua a través de técnicas modernas y eficientes de electrólisis produce en larga escala moléculas de oxígeno e hidrógeno. El hidrógeno es un gas con gran potencial energético que puede entonces ser comprimido y almacenado para otras aplicaciones”, dice.

    Agrega que el hidrógeno verde se produce con un proceso limpio, basado en insumos sostenibles: agua, sol o viento. Produce gases, oxígeno e hidrógeno, que no dañan el medio ambiente. El proceso de electrólisis aplicado usa tecnologías modernas como la PEM (Proton Exchange Membrane), con una eficiencia por encima de 75%. “La producción de combustibles sintéticos –dice De Mendonca– aún nos permite capturar CO2 de la atmósfera, generando combustibles que permiten reducir la huella de carbono”.

    Las reservas de hidrógeno verde están directamente relacionadas con las reservas potenciales de energía renovables, como eólica y solares y disponibilidad del agua. Colombia tiene un papel protagónico, pues cuenta con abundancia de fuentes para el desarrollo de energías renovables no convencionales. Según el Ministerio de Minas y Energía, Colombia está entre los diez países que concentran 36% de la oferta hídrica del planeta. En eólica, al norte del país, en especial la región de Caribe y La Guajira, el viento sopla a más de dos veces el promedio global, sin contar con la costa afuera que aún no se ha explorado. Y en generación solar, la radiación en esa zona del país es superior en 60% al promedio mundial.

    El hidrógeno verde puede ser utilizado en sectores claves para la descarbonización de la matriz energética, como el almacenamiento de energía renovable limpia en forma de gas, la producción de combustibles sintéticos, su aplicación a transportes masivos como buses y camiones y en el futuro a trenes y aviones.

    “Después de dos subastas contamos con 14 proyectos de energías renovables no convencionales, concentrados en La Guajira, pero también con presencia en el Cesar, Córdoba, Valle y Tolima, con inversiones por $8 billones y más de 6.000 empleos. Con un impacto muy positivo en materia ambiental con reducción de CO2 de 9 millones de toneladas”, dijo Diego Mesa, ministro de Minas y Energía, en un reciente foro sobre hidrógeno verde, organizado por Siemens, WEC y Semana.

    Y esta tarea, agrega el Ministro, la está complementando con nuevas tecnologías, entre ellas el hidrógeno verde. “Se sacó una convocatoria en alianza con Ministerio de Ciencia y la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme) para identificar los potenciales tanto de hidrógeno verde como de hidrógeno azul que se generan a partir del gas natural, pero también con bajas emisiones”, señala Mesa.

    Según él, con el hidrógeno verde hay que hacer algo parecido como con las renovables no convencionales. Es decir, dar el marco regulatorio, determinar las potencialidades de producción, uso y almacenamiento de energía, con una hoja de ruta que sea atractiva para la inversión privada.

    Para muchos, Colombia llegó tarde a las renovables no convencionales. Sin embargo, el país cuenta con los recursos y aprovechó que el desarrollo de estas energías ha hecho que bajen los costos, se hagan más competitivas y faciliten su implementación.

    Por su parte, José Antonio Vargas, presidente del Consejo Mundial de Energía en Colombia, sostuvo que el hidrógeno verde juega un papel preponderante desde la perspectiva de este organismo a nivel global, pues se ha determinado que promueve seguridad energética, sostenibilidad y equidad, al tiempo que lo enmarca en los cuatro ejes de la transición energética: descarbonización, descentralización, digitalización y demanda.

    “Esperamos que la ruta del hidrógeno pueda ser realidad en muy corto plazo –advierte Vargas–. El momento es ahora y consideramos que en no más de dos o tres años deberíamos como país poner en marcha la estrategia en este campo, acudiendo a socios de gran experiencia, como, por ejemplo, Alemania”.

    Colombia tiene un potencial de 50 GW en energías renovables no convencionales, que podría representar 5.500 toneladas de hidrógeno verde diarias. Según cálculos de Siemens, asumiendo un precio de US$4/kilogramo, podría superar los US$8.000 millones anuales. Esto representa un impulso a la economía, pues podría reemplazar en el futuro recursos que hoy llegan vía carbón y petróleo.

    En el futuro, las exportaciones de países con una economía basada en procesos contaminantes sufrirán con fuertes aranceles de carbón y dificultades de obtener financiación. Por ello es clave incorporar en los procesos productivos y en las cadenas de valor una mayor participación en el uso de energías limpias. “Además del potencial que tiene Colombia, está el hecho de incursionar en las nuevas cadenas de valor globales, que serán por definición sostenibles. No hay la opción de quedarse fuera”, puntualiza De Mendonca, de Siemens.

    FUENTE: DINERO

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