En un periodo de 10 años, contados a partir del 2019, los 28 operadores de las redes de distribución de energía eléctrica del país tendrán que ir acercando la calidad del servicio a la media de América Latina para todos sus usuarios.
Esto mediante la reducción del número de cortes anuales en el servicio y a través del descenso de su frecuencia, a lo que deberán sumarle la adopción de acciones correctivas para que caigan las pérdidas de energía, principalmente por fraudes y robos del fluido eléctrico.
Así quedó establecido en la nueva metodología para la remuneración del servicio, expedida hace unas semanas por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), entidad que determinó la meta de bajar a menos de la mitad el número de cortes y su duración para el año 2028.
En números concretos, el indicador de duración, conocido como Saidi, deberá pasar de 38 horas al año en el 2016 a 25 horas en el 2023 y a 17 horas en el 2028, mientras que el Saifi, que mide las veces en que se va la luz en el país cada año, deberá pasar de 49 ocasiones en el 2016 a 32 en el 2023, y para el 2028 deberá descender hasta 21 veces.
El director ejecutivo de la Creg, Germán Castro Ferreira, le explicó a EL TIEMPO que, adicionalmente, la nueva metodología estableció que en diez años las pérdidas de energía de todos los agentes deberán estar, máximo, en el 10 por ciento, buscando que los usuarios no tengan que pagar por una energía que se genera y se transporta, pero que no llega a su destino final más que por factores técnicos, por la creencia de que la energía se puede tomar y no hay que pagar por ella.
Hoy en día, según el funcionario, mientras hay empresas que tienen pérdidas de nivel de tensión 1 (hogares y pequeños comercios) del orden del 6 y 7 por ciento, otras están en 10 y 12 por ciento; incluso, hay reportes de pérdidas del 14 por ciento y hasta del 20 por ciento o más, como es el caso de Electricaribe.
Millonarias inversiones
Para lograr estos indicadores, la nueva regulación de la Creg estableció un sistema de incentivos y de castigos que se aplican a la tarifa que se les reconoce a los distribuidores por las inversiones que realicen, o dejen de hacer, en sus sistemas, en procura de subir la calidad y de bajar las pérdidas a las que se hace referencia.
Para ello, cada agente deberá presentarle al organismo regulador, teniendo en cuenta el valor de sus activos y equipos, un plan detallado de inversiones, que sumando a todos los operadores red del mercado, demandará recursos de por lo menos 7,5 billones de pesos en cinco años, a partir del 2019. “Tienen que meterle plata al sistema”, enfatizó el director de la Creg.
La cifra es muy similar a los recursos que determinó la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), que se requieren para garantizar la viabilidad de Electricaribe, documento que en su momento reveló este diario y cuyas implicaciones –específicamente las relacionadas con la nueva metodología– son materia de análisis y cálculos por parte de un equipo de la FDN y del Ministerio de Hacienda.
Así es el esquema
De acuerdo con lo establecido en la resolución 015 del 29 de enero del 2018, con base en una valoración de los activos y equipos existentes, todas y cada una de las empresas deberán invertir hasta el 8 por ciento de este monto. Por ejemplo, si los transformadores, equipos y subestaciones de una empresa, entre otros, cuestan 1.000 millones de dólares, esta firma deberán invertir 80 millones de dólares.
Y una vez ejecute las inversiones, el número de cortes y su frecuencia deberá reducirse en un 8 por ciento anual. Si lo logra, la inversión que hizo se le reconoce de forma plena, más un incentivo del 8 por ciento.
Pero si no consigue la meta, el valor que se le reconoce de la inversión es el monto que destinó, menos el 8 por ciento.
El director de la Creg explicó que si se hacen las inversiones y el servicio no mejora, ese menor reconocimiento del capital ejecutado disminuye y se traduce en que la tarifa a los usuarios –que son los que pagan– bajará en pesos por kilovatio hora.
De acuerdo con su situación particular y el nivel de servicio actual, cada distribuidor tendrá una senda de mejora de la calidad en esos 10 años.
A compensar a 2 millones de clientes peor atendidos
La Creg endureció el seguimiento a los usuarios peor atendidos, mediante un esquema de compensaciones, independientemente de que se logren las mejoras anuales del 8 por ciento.
Así, aquellos clientes que no estén en el 85 por ciento del rango de calidad (número de cortes y frecuencia de estos) deberán ser compensados en su factura con reducciones en el valor, hasta que tengan, mínimo, ese nivel. La Creg señala que los usuarios de energía peor servidos son unos dos millones, a quienes los distribuidores les girarán compensaciones cercanas al 6 por ciento del costo del servicio, que se traducen en unos 325.000 millones de pesos en cinco años. Esto, mientras se mejora la calidad acercándolos a la media del país.
Fuente: EL TIEMPO