Las plantas de energía fotovoltaica están empezando a formar parte del mercado energético del país y con ellas nuevas propuestas de consumo ambientalmente responsables.
En el primer trimestre de 2017, el PIB de Colombia obtuvo una buena tajada del suministro de electricidad, gas y agua, con lo cual sigue siendo uno de los más importantes pilares de la economía, sin embargo la contaminación a causa de estos combustibles fósiles genera 9 millones de muertes prematuras en el mundo según un estudio de la Comisión sobre Polución y Salud “The Lancet” (2017) y para el país un gasto de $32,2 billones en atención a enfermedades derivadas.
En este escenario se podría pensar que una solución sería reemplazar la producción de energía actual por una renovable como la solar, que no atenta contra el planeta ni la humanidad; pero como bien lo explicó David Caicedo, economista y politólogo de la Pontificia U. Javeriana, hay unos contra que analizar al respecto.
“La tasa de ganancia obtenida a partir de la implementación de paneles fotovoltaicos en regiones donde las condiciones climáticas no sean las adecuadas, puede ser muy baja, por lo que no podría competir con aquella generada por combustibles fósiles. Adicionalmente, los fenómenos climáticos como El Niño o La Niña, así como temporadas de lluvia prolongadas, como en la que nos encontramos, puede hacer inviable la instalación de paneles fotovoltaicos, ya que la cantidad de luz que llega es insuficiente”, dijo.
Aún con estos factores de riesgo en el funcionamiento, ya contamos con la experiencia de empresas como ReFeel que desde hace dos años tiene presencia en el país; ellos argumentan que el retorno de la inversión que se hace en dichos sistemas se da entre los siguientes tres o cuatro años, disminuyendo más de 70% en el costo de la electricidad que pagaban sus clientes. A esto se suma, la puesta en funcionamiento del Decreto del Ministerio de Minas y Energía, que “reglamenta lo relacionado con los lineamientos de política pública para la contratación a largo plazo de proyectos de generación de energía eléctrica”.
Esto puede empezar a contribuir a la generación de nuevos empleos e inversiones en investigación, pues para Luis Patiño, Ingeniero Eléctrico de Greenelec, aún falta mucho en materia de educación profesional necesaria para cubrir la demanda productiva de esta propuesta.
“Actualmente pocas universidades ofrecen un Máster o especialización de ingeniería en energías renovables y solo unos pocos la podrían estudiar acá en Colombia o en el exterior. En mi caso personal, yo en este momento estoy en proceso de irme a Australia a estudiar una maestría en ingeniería de energías renovables”, mencionó.
Así el panorama, Colombia enfrenta grandes retos en materia ambiental, que si bien requieren de varios ajustes a algunos modelos de producción, es también un paso adelante en la disminución del impacto ambiental por explotación de recursos naturales.
Fuente: LA REPÚBLICA