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    Comunidades del sur de Chile pelean contra un gigante hidroeléctrico chino por la construcción de una represa que causaría enorme daño ambiental

    Desde febrero pasado, un millonario proyecto en el río BíoBío tiene a organizaciones ambientales y a las localidades de la zona en pie de guerra

    Las autoridades chilenas desalojaron a los habitantes que se oponen a la construcción de la Central Hidroeléctica Rucalhue en la Región del Biobío. Los manifestantes se encontraban en el sector de Los Junquillos desde el 15 de febrero pasado.

    El desalojo de este lunes fue solicitado por la empresa china International Water and Electric Corporation (WEC) y fue aprobado por el juez Josué Martínez Pinto. La Central Hidroeléctrica se planea que se construirá en el rio BíoBío, en el límite de las comunas de Santa Bárbara y Quilaco, ubicadas la Octava Región, al sur de Chile.

    La empresa china, cuya sede está ubicada en Beijíng, fue fundada en 1983 como filial de otra organización asiática, China Three Gorges Corporation. WEC se dedica a construir proyectos hidroeléctricos internacionales, tanto de pequeña y mediana escala.

    La Central Hidroeléctica Rucalhue es un proyecto que busca dotar de energía eléctrica a más de 140 mil personas de la zona. La iniciativa china se dio a conocer como una solución “limpia y renovable” y que aprovechará la fuerza del agua del río BíoBío para aportar el recurso energético de una manera sustentable con el medioambiente.

    La obra de construcción está a cargo de la empresa Rucalhue Energía SpA y el controlador es la organización china International Water and Electric Corporation. La Resolución de Calificación Ambiental (RCA) con fecha del 26 de abril del 2016 confirmó que la construcción de la hidroeléctrica tiene por objetivo “la materialización de obras para permitir la generación de electricidad mediante el uso de los recursos hídricos de los ríos Biobío y Quilme”, según la descripción de la ficha de proyecto del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).

    La central Hidroeléctrica Rucalhue tiene sobre sus hombros una inversión de 240 millones de dólares. Según quienes están al tanto de esta iniciativa, el proyecto “contempla una etapa de construcción de 30 meses, dentro de los cuales los primeros 14 meses de construcción se realizan sin la intervención del río. En ese tiempo las estructuras más importantes, casa de máquina y cuatro de las siete compuertas, son construidas. En los meses siguientes, se termina por construir las tres compuertas faltantes, así como el muro de cierre”.

    Fuerte oposición

    Sin embargo, el proyecto no ha encontrado un camino fácil al sur de Chile. Al menos 10 organizaciones están desarrollando distintas instancias para impedir que este proyecto se instale en los ríos Quilme y BíoBío.

    La principal razón de la movilización de organizaciones como la ONG We Kimun, Semillas de Lirken, Somos Biobío, Movimiento Autoconvocado de Santa Bárbara y Mulchén Consciente es el eventual daño ambiental que se podría generar en la zona. Por esto mismo, es que estos grupos solicitan que se revise el RCA.

    “Este es un proyecto que va a afectar al río Biobío y también al río Quilme (...) nosotros hemos ido planteando algunos cuestionamientos respecto a las afectaciones, en lo que tiene que ver con la fauna, con las especies de árboles, (porque) hay algunos árboles que están protegidos que también van a ser afectados con la construcción de este proyecto”, manifestó Janny Figueroa, directora ejecutiva de la ONG We Kimun.

    El río BíoBío, según los manifestantes, se encuentra afectado por al menos 17 centrales hidroeléctricas. Todas estas están operativas desde el 2016, según un trabajo de investigación de la Universidad de Concepción (UdeC). Estas centrales se concentran específicamente en la cuenca, siendo Pangue, Ralco y Angostura algunas de las zonas más emblemáticas.

    Presentan denuncia ante las autoridades

    Por todo lo anterior, las organizaciones que se mantienen en pie de lucha en contra de la hidroeléctrica china, han presentado una denuncia ante la Superintendencia del Medio Ambiente hace más de dos meses. Sin embargo, esta iniciativa no ha sido respondida por el organismo, según quienes presentaron este documento.

    “La denuncia que nosotros estamos haciendo tiene relación con los impactos ambientales que tiene el proyecto sobre el caudal del río y la geomorfología local. Cuando se evaluó este tema, el estudio de impacto ambiental que ellos presentaron señala que sus obras consideran un impacto acumulativo en las variaciones del caudal del río”, dijo Figueroa.

    Sobre el eventual impacto en el caudal y en geomorfología del río, Figueroa destacó que “los impactos sobre el caudal y la geomorfología del río fueron calculados por la empresa hace cinco años, por lo que el impacto de sus obras y las medidas de mitigación y compensación deben ser reevaluadas, atendiendo principalmente la situación actual del río Biobío, cuyo caudal ha disminuido notoriamente”.

    La voz de la empresa

    Finalmente, desde la empresa destacaron que la altura de la central no sobrepasará los 21 metros, y que la estructura se insertará dentro del propio cauce del río, para disminuir el impacto visual. Por otra parte, la organización se comprometió a incorporar a lo menos 30% de la mano de obra requerida con vecinos de la zona.

    “Uno de los beneficios propuestos en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto, es que la totalidad de la tributación municipal sea realizada directamente en las comunas de Quilaco y Santa Bárbara, con un porcentaje de 50% para cada comuna. Además de este importante beneficio, se está trabajando con la comunidad para lograr compromisos que generen un impacto real y positivo en sus comunidades”, manifestaron desde la empresa.

     

    FUENTE: Infobae

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