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    Casi 840 millones de personas no tienen energía eléctrica

    Está subiendo el nivel del mar, se está acelerando la acidificación de los océanos, los últimos cuatro años han sido los más calurosos desde que se tienen registros, un millón de especies de plantas y animales están en peligro de extinción y los suelos continúan degradándose a pasos agigantados. ¿Qué estamos haciendo para frenar la crisis?

    De acuerdo con el Reporte de Desarrollo Sostenible 2019, que presenta el avance de 162 países para cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) , ninguno ha logrado cumplir con las metas propuestas al año 2030. Dinamarca, Suecia y Finlandia siguen siendo líderes en la implementación, mientras que los mayores retos persisten en la región de África Central (República Centroafricana, Chad y República Democrática del Congo). Colombia ocupó el puesto 67.

    El ODS 7, sobre ‘Energía asequible y no contaminante’, es uno de los más promisorios y con avances más significativos. De acuerdo con el análisis, la población mundial que tiene acceso a energía eléctrica aumentó del 83 por ciento en el 2010 al 87 por ciento en el 2015 y escalonó al 89 por ciento en el 2017. Sin embargo, 840 millones de personas carecen de este servicio esencial, en su mayoría en África subsahariana. De esa cifra, el 87 por ciento vive en zonas rurales.

    “Ha comenzado a acelerarse el acceso a la energía eléctrica en los países más pobres, la eficiencia energética sigue mejorando y la energía renovable está logrando avances impresionantes en el sector eléctrico”, señaló la ONU.

    Aunque casi 9 de cada 10 personas tienen acceso a energía eléctrica, “cerca de 3 mil millones continúan dependiendo de sistemas de cocción ineficientes y altamente contaminantes, lo que se traduce en 4 millones de muertes prematuras al año”, según el documento.

    El mayor crecimiento de energía renovable se concentra en el sector de la energía eléctrica. Esto se debe principalmente a la rápida expansión de la energía eólica y solar, impulsada por el apoyo sostenido de políticas y la reducción de costos. Sin embargo, la energía eléctrica solo representa el 20 por ciento del consumo final de energía. El 80 % restante se concentra en los sectores de calefacción y transporte, en los que las fuentes renovables modernas en el año 2016 representaron solo el 9 % y 3,3 % del mercado mundial, respectivamente.

    “Sabemos que las energías renovables tienen beneficios tanto climáticos como económicos. Pero no estamos invirtiendo lo suficiente para descarbonizar a tiempo los sectores de energía, transporte y calefacción, y limitar el calentamiento global a 2 °C –o idealmente a 1,5 °C– al finalizar el siglo. Si queremos lograr un futuro seguro y sostenible, tenemos que hacer mucho más ahora en términos de crear un entorno regulatorio y una infraestructura que permitan la inversión en energías renovables”, señaló Svenja Schulze, ministra de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania.

    Similar piensa Iván Cabeza Rojas, profesor de la facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Santo Tomás. “Si no se diversifica la matriz de Colombia, estaremos forzados a importar combustibles fósiles y a condenar a las generaciones futuras en términos de suministro de energía”.

    Aunque Colombia, según el Gobierno , es “la sexta matriz energética más limpia del mundo”, Cabeza explica que el país sigue siendo carbono dependiente; es decir, depende de los combustibles fósiles asociados a sectores de consumo de transporte e industria.

    “En términos de matriz eléctrica la energía hidroeléctrica constituye aproximadamente el 70 por ciento de la capacidad instalada. Es por esto que el Gobierno indica que tenemos una matriz limpia. Pero solo aplicaría para la matriz que está destinada a la generación de energía eléctrica”, dice el también profesor de la Maestría en Tecnologías Limpias, quien hace hincapié en la necesidad de: evaluar el recurso, reducir progresivamente los costos operacionales asociados a su aprovechamiento y transferir tecnología centrada en cada una de las fuentes evaluadas.

    Mayor inversión

    Previo a la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU, Bloomberg publicó su estudio sobre las ‘Tendencias globales en la inversión en energías renovables 2019’. La principal conclusión: Alcanzará 2,6 billones de dólares al finalizar esta década, un período en el que la energía solar ha sido líder entre todas las tecnologías, con la mitad de todas las inversiones (1.300 millones de dólares).

    La energía renovable, según el análisis, generó 12,9 por ciento de la electricidad en el 2018, por encima de 11,6 por ciento en el 2017. Esto evitó alrededor de 2.000 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono el año pasado, un ahorro sustancial dado que las emisiones globales del sector eléctrico el año pasado alcanzaron 13.700 millones de toneladas.

    “Invertir en energía renovable es invertir en un futuro sostenible y rentable, como lo ha demostrado esta última década de increíble crecimiento”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. “Pero no podemos ser complacientes. Las emisiones globales del sector eléctrico han aumentado alrededor de 10 por ciento durante este período. Está claro que necesitamos acelerar rápidamente la transición global hacia las energías renovables si queremos cumplir con los objetivos climáticos y de desarrollo”, añadió.

    FUENTE: EL TIEMPO

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