La transición energética, fruto de la conjunción de la presión regulatoria medioambiental, la evolución de la economía clásica hacia una más colaborativa y circular, así como la crisis pandémica, ya ha comenzado a aflorar en los mercados bursátiles a través de los planes estratégicos de las cotizadas.
Isabella Hervey-Bathurst, especialista global del sector energético de Schroders, señala que el mundo podría descarbonizarse hasta un nivel sostenible (1,75 grados de calentamiento) basándose en el aumento de la electricidad limpia y el hidrógeno verde. “El hidrógeno representa hoy menos del 0,001% de la energía final, pero en el escenario apuntado por el Bloomberg New Energy Finance (BNEF) aumentaría hasta cerca del 25%, lo que supondría una expansión descomunal”, añade.
En cuanto al origen de la energía, algunos datos. La generación de origen eólico del mes de enero alcanzó los 7.212 GWh, es decir, un 55,9% superior al registrado en el mismo periodo del año pasado, y supuso el 29,5% de la producción, siendo la primera tecnología del combinado de fuentes de energía de generación nacional, por delante de la nuclear (21,2%) y de la hidráulica (16,9%), según la información proporcionada por la Red Eléctrica de España.
Tras cerrar el 2020 con una subida del 247%, Solaria recortó un 12 % tras la presentación de sus resultados y su plan estratégico. La desconfianza de los inversores viene motivada, en parte, por las promesas incumplidas: la fotovoltaica pretendía tener construidos 1.375 megavatios para el cierre de 2020 y, finalmente, la cifra quedó reducida a 550. No obstante, Solaria es uno de los valores del Ibex 35 que ya cotiza por encima de los niveles pre-pandemia.
Por otro lado, Grenergy, a juicio de los analistas de Citi, se posiciona como firme candidato para recibir una OPA por parte de alguna energética que quiera acelerar su crecimiento en la industria de las renovables.
Siguiendo con la oferta pública de adquisición, en febrero trascendió que Iberdrola había cancelado la compra de Solarpack acordada en más de 600 millones de euros.
Soltec, tras su salida a bolsa en octubre de 2020, cuyas acciones se dispararon un 173% durante el año de la pandemia, cuenta con una capitalización bursátil por encima de los 1.000 millones.
Además de lo dicho, la presión regulatoria medioambiental también tendrá su repercusión en el sector del petróleo y del gas en 2021, cuya perspectiva crediticia ha mejorado de negativa a estable. A corto plazo, Scope Rating espera una recuperación de los precios del petróleo y el gas, con el Brent cotizando de media a 50 dólares/barril este año, frente a los 42 dólares/barril de 2020. "Los balances mejorarán este año, aunque no esperamos una recuperación total a los niveles previos a la pandemia hasta 2022-23", añade Marlen Shokhitbayev, analista de la compañía. En el ámbito nacional, los analistas de ATL Capital destacan el mal comportamiento de Iberdrola en contraposición con el de Repsol que “depende mucho del margen de refino, que sigue en niveles muy bajos”. Se han visto correcciones en la industria de las renovables y ATL lo considera como un “sector de futuro” ya que ahora está a unos precios muy caros y poco invertibles.
Con una partida presupuestaria de 6.805 millones de euros dentro de los Presupuestos Generales del Estado para 2021 destinados a inversiones para la transición ecológica, el Ejecutivo aboga por la creación de un entorno sostenible enmarcado en el plan europeo Next Generation de recuperación tras la pandemia. En este sentido, está por ver si la actuación del sector energético cumplirá la integración efectiva de las nuevas directrices que tendrán su reflejo ya no solo en los mercados sino en la economía española.
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FUENTE: E E I