Para finales de 2017, se prevé que las emisiones mundiales de dióxido de carbono procedentes de los combustibles fósiles, la industria y los cambios en el uso del suelo aumenten.
Este aumento será aproximadamente un 2 por ciento en comparación con 2016. Así lo advirtió este lunes el Proyecto Global del Carbono, durante la Cumbre de Cambio Climático celebrada en Bonn, Alemania.
“Con las emisiones mundiales de CO2 de todas las actividades humanas estimadas en 41 mil millones de toneladas para 2017, el tiempo se está agotando en nuestra capacidad de evitar un aumento de 2 ºC en la temperatura global y mucho menos de 1.5 ºC” como se estableció en el Acuerdo de París, advirtió la profesora Corinne Le Quéré, investigadora principal y directora del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático en la Universidad de East Anglia.
Las emisiones de China representan el 28 por ciento de las emisiones globales; aumentaron 3,5 por ciento después de dos años de tener emisiones decrecientes. Pero no solo eso, se espera que para 2018 las emisiones de CO2, principal Gas de Efecto Invernadero en la atmósfera, sigan aumentando “en la medida en que se fortalece la economía, crece el Producto Interno Bruto (PIB) de los países y producimos más bienes para más gente”, aseguró Robert Jackson, coautor del informe y profesor de ciencias del sistema terrestre en la Universidad de Stanford.
“Este año hemos visto cómo el cambio climático puede ampliar el impacto de los huracanes, con lluvias más fuertes y tormentas más poderosas. Estamos alcanzado un pico en las emisiones globales y ahora es necesario reducirlas rápidamente para enfrentar el cambio climático y limitar sus impactos”, advirtió Le Quéré.
Sin embargo, no todo fue malo. El informe también rescata que en la última década (2007-2016) las emisiones en 22 países (que representan el 20 por ciento de las emisiones mundiales) disminuyeron, incluso a medida que sus economías crecieron. Las tecnologías como la energía eólica y solar se han expandido en todo el mundo en aproximadamente un 14 por ciento anual en los últimos años. Mientras tanto, en 101 países (que representan el 50 por ciento de las emisiones mundiales) las emisiones sí aumentaron en la medida en que creció su PIB.
El Presupuesto Global de Carbono es un informe producido por 76 científicos de 57 instituciones de investigación, en 15 países alrededor del mundo, para brindar una mirada más profunda sobre la cantidad de combustibles fósiles que usan las naciones y llamar la atención sobre la necesidad de priorizar el acceso a energías limpias.
EL TIEMPO habló con Corinne Le Quéré sobre la incertidumbre que generan estas nuevas cifras, el papel de los países en vía de desarrollo y la necesidad de apostarle a economías más amigables con el medio ambiente.
¿Cuál es el rol que juega Latinoamérica, especialmente Colombia, en estas nuevas cifras de emisiones globales de CO2?
No hemos hecho un estudio detallado en Colombia pero tenemos que hacerlo, especialmente por todo lo relacionado con deforestación y minería, que es muy difícil de medir con la información que dan los gobiernos y que luego se compara con imágenes satelitales. En el momento, sin embargo, hemos visto que en Colombia, como en la mayoría de países en desarrollo, las emisiones de CO2 están aumentado, posiblemente por los cambios y mejorarías de las economías. Lo que pase en los próximos años dependerá únicamente de las políticas internas y de la importancia que le den a las energías renovables.
Después de la COP21, en París, donde los países se comprometieron a reducir sus GEI, qué mensaje envía el hecho de que este año aumenten?
Las emisiones globales deben reducirse rápidamente en la medida de que podamos hacerle frente a los efectos del cambio climático. Los países en desarrollo deben hacer parte de esto, en lo que esté a sus posibilidades, por su puesto, y reconociendo que hay otros temas que pueden ser más prioritarios. No podemos decirles qué es lo que deben hacer aunque saben perfectamente qué es lo correcto.
Tenemos que pensar en aquellos que tienen la mayor responsabilidad para que actúen ahora, pero también tenemos qué pensar en lo que va a pasar durante los próximos 10 o 20 años, y eso incluye las contribuciones de países como Colombia y su transición a energías renovables, que ahora son más económicas, accesibles y con múltiples beneficios para las comunidades locales de lo que fueron años atrás.
Fuente: EL TIEMPO