Atreverse a soñar, incluso con aquellas cosas que parecerían imposibles.
Ese es el principal mensaje que Bernardo Vargas Gibsone, presidente de Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) le da a su familia y empleados a diario, y que replica cada vez que puede en un discurso o conversación que sostiene.
“Independiente de la edad que tenga, les digo: No le tengan miedo a soñar, nosotros en casi tres años nos soñamos cosas imposibles y las hemos logrado, y toda en mi vida empresarial ha apuntado hacia allá”, asegura Vargas, quien está cerca de cumplir su tercer aniversario al frente de ISA.
Este cachaco, en tierras paisas, viene liderando un cambio radical en la imagen corporativa de la compañía, además de que le ha dado un impulso a la visibilidad internacional y a la innovación, pilares claves de la expansión y consolidación que ha hecho la firma hacia los mercados internacionales.
Esto ha sido posible, según el directivo, gracias al empoderamiento que ISA les da a sus empleados, toda vez que se trata de una compañía que acaba de cumplir 50 años y tiene en sus filas varias generaciones de trabajadores.
LE ‘COMIERON EL CUENTO’
Sin embargo, este bachiller del colegio San Carlos, economista de Los Andes y MBA del Columbia Business School (Nueva York) señala que el liderazgo empresarial tiene otros pilares fundamentales.
“Entre estos, se encuentran creer en lo que hacemos, amar nuestro país y en sentir que trabajamos por una mejor Colombia, de la cual soy muy optimista, lo que se convierte en un motor aún mayor”, agrega.
De allí que asegure que le ‘comieron el cuento’, que fue haber liderado el cambio de marca, cuya base primaria fueron las ‘Conexiones que inspiran’, “sobre todo porque nuestro mensaje es que, a pesar de la coyuntura, las cosas pueden hacerse bien, y es que nada en el mundo es fácil, pero eso mismo hace que sintamos más los logros y tareas del día a día”.
Ese ha sido su propósito durante su carrera empresarial, que lo ha llevado a pasar por Proexport, Fiducoldex, el Banco de la Repúblico y la firma Nogal Asesorías Financieras, su casa por 14 años, hasta que aterrizó en ISA en el 2015, desde donde ha sido la cabeza de la internacionzalición de la compañía.
Incluso, la ha llevado no solo a aumentar su participación en proyectos de transporte de energía, sino también en infraestructura vial, tecnologías de la información y la comunicación, y gestión de sistemas en tiempo real, que hoy son los cuatro pilares de ISA.
“Mi trabajo diario consiste, además, en que todo lo que digo lo cumplo, y tenemos coherencia y compromiso. Sin embargo, con eso no es suficiente; también debe haber creatividad más trabajo en equipo, es decir, mirar la caja por el lado que nadie lo ve, y estar seguro de estar bien acompañado”, afirma.
Y destaca que, desde su arribo, ha liderado un grupo de gente “maravillosa y valiosa, que no deja de sorprenderme por su compromiso, ubicación y por tener la camiseta bien puesta. Asimismo, el gran optimismo que tengo lo imprimo en los colaboradores, lográndolo con inmenso éxito, pues el clima empresarial que tenemos de los últimos dos años no se había logrado en los últimos 10”.
MOTORES DIARIOS
Pero no es lo único. Según Vargas, casado y con tres hijos, la gestión en aspectos de responsabilidad social es una bandera que cualquier líder idóneo debe tener en su radar.
Es más, la estrategia que ISA maneja actualmente tiene su origen en la infancia del directivo. “Esto viene desde que nací y en todas mis posiciones previas he creído en el respeto por el planeta y las demás personas, que deben ser los pilares del buen vivir.
Entonces me preocupo 24/7 de que mi gente sepa dónde estamos, para dónde vamos y que esto nos permitan actuar como una empresa responsable”, explica.
No es entonces gratuito que el Dow Jones incluyera a ISA en su índice de sostenibilidad durante los últimos tres años, reconociendo un trabajo que la empresa viene desarrollando hace más tiempo, pero al que le han metido el acelerador desde el 2015.
“Esto debe verse también por la corresponsabilidad con las personas, el país, la sociedad y nosotros mismos, es decir, de forma integral, y protegiendo el medioambiente. En nuestro caso, lo hacemos con el programa ‘Conexión Jaguar’, con la que también empoderamos a comunidades rurales, haciéndolas también corresponsables”, asegura el empresario.
Este discurso es el que Vargas también aplica para su vida familiar, toda vez que –en su concepción– se debe ser corresponsable como empleado, empresario, con uno mismo, y como miembro de familia.
“En mi caso, tengo el incentivo casi que especial de que mi hija Sofía nació con una grave situación física y una profunda discapacidad intelectual; ella es el gran motor de vida, mi ejemplo diario, que me ha ayudado desde mi familia a salir adelante”, destaca.
Además, su esposa, Olga Lucía, y sus otros hijos, Mariana y Sebastián, lo mueven y motivan todos los días. “Todos me dan las características de empresario que trato de imprimirle a los demás, y es que el vivir con la discapacidad (de Sofía) me permite entender la diversidad, además de ser humilde en la vida, y de olvidarme del peligroso tema que es la arrogancia”, concluye Vargas.
Fuente: PORTAFOLIO