Aunque ha sido el soporte de productos que han revolucionado la forma en la que vivimos (trate de identificar un objeto a su alrededor que no tenga plástico).
Este material es el foco de una contaminación global creciente. Es difícil imaginar el mundo sin plásticos no solo por su utilidad sino también por su importancia económica. Sin embargo, recientemente encontraron microfibras de polietileno en el agua potable. Estas se hallaron en el edificio de la Torre Trump, en Estados Unidos, yen África. El estudio lo difundió The Guardian, liderado por Orb Media, organización periodística internacional sin ánimo de lucro, en colaboración con investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York.
Así que la ciencia se ha dedicado a buscar soluciones a los problemas ambientales con el desarrollo de plásticos biodegradables, refinación del reciclaje y otros caminos. “Prometer un mundo sin plásticos es una falacia”, dijo Betty Lucy López, ingeniera química y miembro de la Academia Colombiana de Ciencias, en una charla sobre el tema en Parque Explora. “Se trata de reducir su consumo”.
Desde que el primer plástico se originó como resultado de un concurso realizado en 1860 en los Estados Unidos, cuando se ofrecieron 10.000 dólares a quien produjera un sustituto del marfil (cuyas reservas se agotaban), hemos sido dependientes de este para crear artículos que se usan a diario como utensilios de la casa y objetos electrónicos.
Según López, si en Colombia se quiere hacer reciclaje o recuperación energética, “este gobierno debería prohibir que los plásticos lleguen a la basura”. La ingeniera química asegura que, por ejemplo, “80 botellas de gaseosa sirven para hacer una chaqueta”. Así que exploramos algunas de las iniciativas locales que le hacen frente a la crisis ambiental por plásticos.
Marco de bicicleta reciclado
Para el diseño de Recicleta se necesitaron alrededor de 100 envases plásticos de gaseosa de 350 ml. Además de sencilla y divertida, es sostenible. Con un 90 % de tereftalato de polietileno (PET) y un 10 % de polietileno de baja densidad (HDPE) se diseñó este prototipo que corresponde al 75 % de una bicicleta.
Manuela Gómez Zapata y Juan Diego Botero Restrepo, estudiantes de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) sede Manizales, explican que la máquina necesaria para la fabricación sería una inyectora de plástico con el respectivo molde para la deposición de este y su posterior enfriamiento. Para su ensamble se pueden utilizar herramientas tradicionales como llaves de tuerca, destornilladores y martillos.
Es todavía un prototipo.
Planta de energía en San Andrés
En las playas de la isla, el 90 % de los residuos sólidos son plásticos. Es clave motivar a las personas a reciclarlo como una manera de contribuir con el ambiente, a partir de la correcta disposición de las basuras.
Recolectar los residuos de este material en puntos especializados y trasportarlos hasta una planta de producción de energía ayudaría a disminuir la problemática ambiental en San Andrés, y a generar una cultura de reciclaje.
La propuesta de recolección, basada en una iniciativa de la Universidad Javeriana, consiste en implantar un equipo compactador llamado Ecobot en el que el usuario deposita las botellas plásticas transparentes (PET) y las tapas, y como incentivo recibe un cupón de descuento que ofrecen las empresas asociadas.
Está funcionando en este momento.
Baldosas y paneles con plástico
“Es un recurso novedoso porque, a diferencia de los desarrollados en Argentina o Brasil –en los que solo se llenan las botellas vacías con tierra y arena, por ejemplo–, aquí se busca hacer un reforzamiento estructural, al fabricar un material compuesto”, dice Jhon Wilder Sánchez Obando, ingeniero químico de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, quien encontró que la mezcla entre arena y plástico era una buena opción para fabricarlas.
“Utilizamos desechos plásticos, los reforzamos con arena y residuos metálicos para obtener un mejor producto. Diseñamos así baldosas más resistentes que podrían usarse, principalmente, en construcciones de interés social”, cuenta el investigador.
El material es más fuerte en un 20 % que el utilizado en las de cerámica común.
Ya se utilizan para proyectos.
Saldo en cívica por botellas
Desde hace cuatro meses una máquina cambia saldo en la tarjeta Cívica por envases retornables. Creada a partir del proyecto de grado de dos ingenieros de la EIA, hoy cuenta con cinco ingenieros más para su gestión. Por ahora solo funciona en la Estación Universidad del Metro de Medellín.
Fuente: EL COLOMBIANO