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    El boom de las energías renovables

    El camino está abierto para la consolidación de las energías renovables en el país. Colombia tiene recursos naturales de sobra, los costos de inversión en tecnologías para energías renovables están a la baja y se está regulando el fomento de las mismas gracias a la implementación de la Ley 1715 de 2014.

    A través de la cual, el Gobierno Nacional otorga incentivos para las empresas que le apuestan a este tipo de energías. El fantasma del apagón sacudió a los colombianos; entre 2015 y 2016, la amenaza de racionamiento se hizo latente y el gobierno intervino con la Campaña Apagar Paga y acciones directas en el mercado, como la importación de energía desde Ecuador.

    A raíz de lo que se estaba presentando, los colombianos nos preguntamos a dónde se estaba yendo toda la energía generada por las grandes plantas hidráulicas y qué estaba pasando con los proyectos para el abastecimiento energético del país.

    Gracias a estas preocupaciones el panorama de hoy está cambiando, en el que las energías renovables están tomando un nuevo impulso y se están convirtiendo en la mejor alternativa, una alternativa que incluso, podría llegar a reemplazar de forma definitiva la generación de energía a través de recursos fósiles, en el largo plazo.

    “Ante la Unidad de Planeación Minero Energética- UPME, ya se han presentado alrededor de 255 proyectos que solicitaron, fueran reconocidos como iniciativas que propenden por el uso eficiente de la energía y la incorporación de fuentes no convencionales; esto, porque dicha certificación las habilita para gozar de los beneficios de la Ley 1715, en la que se estipulan deducciones del 50% de inversión en renta y exclusión del IVA en productos asociados a la tecnología, así como la liberación de aranceles y depreciación acelerada de los activos” explica Diego Sánchez, profesional de CIDET.

    Colombia además está asumiendo los compromisos adquiridos en el COP21, conferencia en la que se estipuló que se deben reducir las emisiones de Co2 en un 30% a nivel mundial y se debe apostar de forma definitiva y sostenible por energías limpias.

    “Nuestro país tiene un gran potencial en todas las fuentes no convencionales de energía, o al menos las más conocidas. En energía solar gracias a que estamos ubicados en la zona ecuatorial donde tenemos un gran número de horas de sol al año, en cuanto a eólica, el recurso más importante se encuentra en la Guajira, además, también tenemos un potencial importante en hidroeléctricas a filo de agua, y otras fuentes renovables” agrega Diego Sánchez.
    Todas estas fuentes no convencionales de energía renovables pueden adherirse al sistema interconectado nacional o pueden ser una opción para generar electricidad en comunidades que no están interconectadas.
    “Por fuera del sistema interconectado nacional hay un gran potencial de desarrollo para este tipo de proyectos, dado que compiten en costos de generación como el Diesel; entonces, es posible desarrollar este tipo de proyectos a un nivel muy competitivo, accediendo a un costo mucho menor que el que se presenta si se genera con Diesel” agrega Sánchez.

    En cuanto al sistema interconectado nacional, hay otras formas de sumar estas energías. Una de ellas es a gran escala, como por ejemplo el caso de los parques eólicos o granjas solares que aunque requieren grandes extensiones de tierra generan enormes capacidades para el sector eléctrico.

    En qué vamos
    El camino apenas inicia en Colombia, la normativa que regula este tipo de iniciativas se encuentra apenas desarrollando. Lo importante es seguir apalancando el impulso de estos proyectos y enfrentar los desafíos técnicos que implican.

    El mismo avance tecnológico es el que está impulsando la evolución de la normativa. La matriz energética se está fortaleciendo y diversificando.

    “Que entren a jugar estos nuevos recursos contribuye a la sostenibilidad energética del país. Uno de los grandes pecados que tenemos en el sistema interconectado nacional es que tenemos una gran capacidad de generación hidroeléctrica, más o menos del 70% lo que hace que durante fenómenos climáticos extremos como El Niño, esta generación hidroeléctrica caiga y estemos en peligro de desabastecimiento, debido a la dependencia que tenemos con la misma. Si vemos por ejemplo, que los ciclos del recurso eólico y solar, son ciclos diferentes a los hidroeléctricos, podríamos apoyar en mejor medida la matriz energética, gracias a esta complementariedad”, explica Diego Sánchez.

    Independiente al desabastecimiento que se puede presentar en tiempos de sequía, otro problema que se presenta, es que esta está respaldada por fuentes térmicas que están ubicadas casi todas en la costa y que funcionan con gas natural y otras con líquidos, entonces durante un fenómeno del Niño, hay que prender calderas, lo que sale muy cotoso.

    “Es por esto que generar con otro tipo de recursos como el eólico, el solar, geotérmico, que pueden operar en periodos de baja producción de hidroelectricidad es muy positivo para el sistema y una alternativa para integrarlas de manera eficiente en el mercado eléctrico pueden ser los contratos de energía a largo plazo” agrega Sánchez.

    En CIDET tenemos un gran equipo de trabajo que está trabajando por reducir incertidumbres, crear nuevos modelos de negocio y generar propuestas de valor en torno al tema de las energías renovables. Estamos convencidos de que el futuro le debe apostar a la diversificación de la matriz energética nacional.

    Fuente: CIDET

     

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