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    No hay solución para el 27 % de la energía contaminante

    Un estudio realizado por profesores de las más prestigiosas universidades norteamericanas reveló que faltan muchas soluciones innovadoras para deshacernos, en un futuro, de los combustibles fósiles en su totalidad.

    Una investigación respaldada por algunas de las mejores universidades de Estados Unidos, entre ellas MIT, Stanford, de California y de Nueva York, acaba de recordarle al mundo que el problema de la energía contaminante aún no está del todo resuelto. Según sus cálculos, el 27 % de la energía asociada a emisiones de gases de efecto invernadero no podría ser reemplazada con las tecnologías limpias, como turbinas eólicas o paneles solares.

    El trabajo, publicado en la revista Science, señala la dificultad para reemplazar fuentes fósiles de energía en sectores como los viajes aéreos, el transporte y el envío a larga distancia, y la fabricación de acero y cemento.

    “Si somos realmente ambiciosos en cuanto a cumplir nuestros objetivos climáticos, debemos abordar ahora estos sectores difíciles”, comentó a la revista MIT Technology Review el autor principal del artículo, Steven Davis, científico del sistema terrestre de la Universidad de California en Irvine.

    Los 30 científicos que trabajaron en el análisis de esta realidad energética del mundo consideran que el costo decreciente y la mejora del rendimiento de las baterías de iones de litio y las pilas de combustible de hidrógeno están abriendo un nuevo camino para descarbonizar grandes sectores de la industria, como los automóviles, los sistemas de refrigeración o la calefacción. Pero no ocurre lo mismo en áreas donde se exige una intensidad energética alta y la energía debe estar empaquetada en volúmenes y pesos menores. En esos sectores aún no existen soluciones más económicas y eficientes que los combustibles fósiles líquidos, como el diésel.

    En cuanto a la producción de cemento y acero, los dos materiales de construcción más populares en el mundo, durante su elaboración se liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Los científicos señalan que controlar esas emisiones implica desarrollar sistemas de captura de carbono que por ahora implican enormes inversiones.

    “La gama de tecnologías existentes podría satisfacer las demandas futuras de estos servicios y procesos sin adición neta de CO2 a la atmósfera, pero su uso puede depender de una combinación de reducciones de costos mediante investigación e innovación, así como el despliegue coordinado y la integración de operaciones a través de discretas industrias energéticas”, concluyeron.

    Fuente: EL ESPECTADOR

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