La energía eléctrica es fundamental para sectores clave de la estrategia de desarrollo económico de los países, ya que permite las inversiones, la innovación y las nuevas industrias, que son las principales fuentes de empleos y del crecimiento, plantea el Banco Mundial.
En República Dominicana la transformación de la generación eléctrica ha sido significativa en los últimos años, tomando en cuenta que en infraestructura, regulación e institución el sector eléctrico dominicano podría considerarse un mercado relativamente moderno.
Fruto de las inversiones, realizadas principalmente por el sector privado, que siguieron al proceso de capitalización, República Dominicana posee una de las matrices de generación eléctrica más variadas en comparación con las de otras naciones de Centroamérica y el Caribe, de acuerdo al “Informe enero-junio 2019”, de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE).
El informe indica que en sólo cuatro años se redujo de manera progresiva el protagonismo de los combustibles fósiles, dando entrada a otras fuentes y quedando una matriz de generación de la siguiente manera: 72% derivados del petróleo; 4% gas natural; 12%, carbón y 12% hidroeléctricas.
Hoy, casi 20 años después de la capitalización, la energía abastecida en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) ha seguido diversificándose. Para Bernardo Castellanos, experto en energía eléctrica, la matriz de generación marcha “bien”.
Asegura que la generación térmica a base de derivados del petróleo tiene una tendencia a “desaparecer” en el tiempo. Esto por la incorporación de nueva generación; carbón y gas natural y el incremento de generación renovable, principalmente la eólica (viento) y solar, y en menor proporción hidráulica y biomasa.
En el 2000 el 88% de la generación provenía de derivados del petróleo, mientras que para el primer semestre del 2019, era el 41.6%, según el informe de la ADIE.
En cambio, la producción a base de agua (hidroeléctrica) pasó de un 9%, en 2000, a un 6.1% en los primeros seis meses del año pasado. El aporte de esta energía se ha reducido desde diciembre de 2018 producto de la sequía que afecta al país, sobre todo en la Línea Noroeste, Sur y Suroeste.
FUENTE: EL DINERO