Tras ocho meses de trabajo, la Misión de Transformación Energética, conformada por 20 expertos de diferentes disciplinas , le presentó al Gobierno y al mercado el primer informe de recomendaciones que se usará para plantear ajustes de fondo al mercado eléctrico.
El documento se centró en cinco aspectos, siendo el primero el de la competencia, participación y estructura del mercado. Allí se ratificó que uno de los retos con la entrada de las energías renovables es seguir manteniendo la estabilidad y la confiabilidad, lo que indica que no existan apagones.
También se miró cómo hacer más eficiente la formación de precios para beneficiar al usuario final.
En segundo lugar, el reporte centró su atención en el gas natural, que a su juicio es clave en la transformación, para lo cual se formularon estrategias que permitan una coordinación más eficiente entre el gas y la generación de electricidad, ya que este energético solo tiene una cuota de menos del 12 por ciento en la generación.
Igualmente, se evaluaron cambios en el sistema de transporte de gas para asegurar el suministro con precios eficientes en el corto y mediano plazo.
Un tercer aspecto fue la descentralización, digitalización y gestión eficiente de la demanda de energía, lo que se traduce en implementar los cambios tecnológicos para que los consumidores participen más activamente y reciban señales de precios que les permitan tomar decisiones de consumo más eficientes y mejor fundamentadas.
Asimismo, se plantean ajustes para asignar de forma más justa los subsidios de energía en donde realmente se requieren, porque cerca del 90 por ciento de los usuarios los recibe, al igual que 60 por ciento en el caso del gas, en un contexto donde la pobreza monetaria no llega al 30 por ciento.
Según los expertos, al cerrar las brechas se podría ayudar para llevarles energía a más de 500.000 familias que hoy no cuentan con este servicio.
Y por último, la Misión planteó revisar el marco institucional y regulatorio, de tal manera que sea posible una mayor competitividad, confiabilidad y responsabilidad ambiental y social del sector eléctrico.
FUENTE: EL TIEMPO