La negativa de algunos operadores del sistema eléctrico colombiano a la entrada de energías renovables no convencionales
, como la solar (fotovoltaica), frena la posibilidad del consumidor colombiano de autogenerar electricidad desde su casa o empresa. Así lo concluyeron los panelistas invitados al “Foro industria eléctrica: la hora del prosumidor”, ayer en Medellín.
Este concepto, del inglés prosumer, acrónimo de productor y consumidor, se refiere a la posibilidad del cliente de consumir la energía de fuentes propias.
Sin embargo, en lugar de facilitar la entrada de estas alternativas de generación, que “son el nuevo mundo de los negocios del sector eléctrico del país, algunos piensan cómo restringirlas”, aseguró Jorge Valencia Marín, director de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme).
El funcionario también comentó que entiende que comercialmente estos cambios causen preocupaciones, pero expresó que “es increíble que todavía ciertos directivos pregunten cómo se debe interpretar la norma y uno deba recordarles que de la forma menos restrictiva para el cliente”.
Al respecto, el presidente de Celsia, Ricardo Sierra Fernández, replicó que en el caso de esta generadora, eso no aplicaba, pues trabajan en desarrollar soluciones alternativas como paneles solares, para que el consumidor final, sea el primer beneficiado.
“La idea es que todos seamos productores, sea instalando paneles o sistemas fotovoltaicos en nuestras casas. Esto permitiría a los clientes reducir el consumo de energía convencional y comercializar los excedentes de energía autogenerada”, señaló Sierra
También este diario buscó la opinión de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgén), gremio de las grandes hidroeléctricas, pero al cierre de esta edición no respondió su presidenta, Ángela Montoya.
Otros obstáculos
Entre tanto, esa oposición que argumenta Valencia hacia nuevos esquemas de producción atrasa cambios en la legislación, perjudicando a los usuarios.
Sierra agregó que la Ley 1715 de 2014, que regula la integración de las energías renovables al sistema energético nacional, “es demasiado burocrática” en su aplicación.
Otro obstáculo para los clientes de la red eléctrica es el hecho de que en el país aún no se haya podido declarar el servicio de energía universal.
“En cambio, en países como los Estados Unidos, por ejemplo, es común, que ante una insatisfacción, el cliente pueda cambiarse de empresa desde su celular. Allá, el consumidor ya está tomando decisiones”, Jaime Blandón, gerente de la firma IEB. Destacó que los precios de las energías alternativas ya están a la par de los costos del sistema eléctrico colombiano, “y seguirán bajando”.
En ese sentido, en el foro se plantearon los ejemplos de empresas como Tecnoglass (Barranquilla) o el Grupo Éxito (Medellín), que ya generan megavatios con energía solar propia.
Los expertos se refirieron a la escala que facilita estas fuentes alternativas de energía. Con la fotovoltaica, por ejemplo, “el usuario tiene la ventaja de poner cuatro paneles solares y con eso cubre casi toda su demanda básica”, comentó Valencia.
Por eso, Jaime Arenas, director del Clúster de Energía de Antioquia, señaló que los mercados de hoy se mueven desde la demanda. En este sentido, considera que, como pasó con la telefonía celular, los clientes no deberían estar “amarrados” a una empresa.
“Si yo no estoy contento con cierto proveedor, debería poder cambiarme. Pero, hay unas inversiones grandes detrás que hacen que el cambio sea más difícil”, lamentó.
Ajuste adicionales
Por otro lado, sobre cómo llevar las nuevas tecnologías de generación de energía a los estratos más bajos, el director de la Upme propuso un cambio en la política de asignación de subsidios: “de ahí parte el consumo y, por tanto, desde ahí debemos concebir un subsidio que se entregue para la autogeneración y no para el consumo”.
De este modo, para que los cambios del sector eléctrico favorezcan al consumidor, los panelistas coincidieron en que se debe dar un cambio de mentalidad en el sector hacia esquemas donde el cliente sea la prioridad.