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    ¿Por qué los proyectos de energías renovables son también una gran fuente de empleo?

    La transformación energética a nivel mundial avanza a pasos acelerados. Muchos países han introducido políticas para cambiar el uso de combustibles fósiles en el transporte por electricidad u otras tecnologías limpias, y en la matriz eléctrica la inclusión de energías renovables, especialmente eólica, solar, PCHs y biomasa se hace más rápida y sostenida.

    Colombia ha iniciado su propio proceso. A partir de la aprobación de la Ley 1715 de 2014 y su reglamentación, el país ha visto hitos importantes, especialmente en el sector eléctrico. En 2019, se realizó de manera exitosa la subasta y contratación a largo plazo de energías renovables no convencionales, la cual dio como resultado la adjudicación de 2.250 MW para nueve proyectos, de los cuales seis son eólicos, todos ubicados en el departamento de La Guajira y tres solares en el Valle, Tolima y Córdoba.

    En el mismo año, en la subasta de Cargo por Confiabilidad se adjudicaron por primera vez contratos de energía firme a proyectos de energía renovable no convencional; todos se encuentran actualmente en la etapa de inicio de construcción, con miras a entrar en operación entre el año 2022 y 2023. Adicionalmente, está en proceso de expansión la instalación de proyectos de autogeneración a pequeña escala a lo largo y ancho del país.

    Esta dinámica reporta impactos muy positivos a nivel regional y local en la generación de empleo directo; por ejemplo, un proyecto solar de 10 MW puede requerir de 250 trabajadores en el periodo de construcción, en su mayoría mano de obra no calificada de la región. También tendrá incidencia en el empleo indirecto, por los numerosos servicios que se requieren para el desarrollo de los proyectos.

    Hay casos en los que se ha priorizado la contratación de mujeres en esta etapa, con lo cual también se avanza en términos de equidad de género, en actividades que en otras tecnologías son fundamentalmente ocupadas por hombres en las labores constructivas.

    En el caso de los proyectos eólicos que hasta ahora han logrado contratos, todos ubicados en La Guajira, van a generar igualmente impactos positivos a nivel de empleo y servicios. Un aspecto no menor es el proceso de capacitación de personas que podrán encontrar fuentes de trabajo en un área de la economía que no existía. Se estima que la región tendrá una inversión cercana a los 2.500 millones de dólares durante las diferentes etapas de los proyectos (desarrollo, construcción y operación).

     

    FUENTE: SEMANA

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