Entre 2009 y 2017, el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea) se subió y se bajó del sueño de ser el tercer jugador de la energía eléctrica en Colombia, un título para el que le servía la construcción de dos centrales hidroeléctricas, Encimadas y Cañaveral, cuyos estudios compró en el primer año citado, pero que ahora, dice, pondrá en venta. ¿Por qué?

El 28 de julio de 2009, Álvaro Vásquez Osorio, gerente del Idea en la gobernación de Luis Alfredo Ramos Botero, le dijo a EL COLOMBIANO que a la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) le habían comprado los diseños, estudios y licencias ambientales de dos proyectos, con capacidad instalada de 162 megavatios, que aprovecharían las aguas del río Arma, entre Sonsón y Caldas. Se trataba de Encimadas y Cañaveral.

La inversión estimada era de 301 millones de dólares. Comprometería 19.868 millones de pesos del Idea. Generaría en la construcción 300 empleos directos. A Sonsón y Aguadas les dejaría ingresos mensuales entre 1.800 y 2.000 millones de pesos. Todo estaba listo: en el segundo semestre de 2009 se haría la licitación y se adjudicaría la obra.

Ese negocio tuvo sus peculiaridades, según se lee en un documento oficial del Idea, al que accedió EL COLOMBIANO. Lo primero, es que la Empresa de Generación de Energía de_Antioquia (Emgea), que controlaban la Gobernación de Antioquia y el Idea, valoraron en 275,6 millones de dólares, o 556.436 millones de pesos, los dos proyectos hidroeléctricos. Y se estimó que un comprador podría pagar por los estudios, en el estado en que se encontraban, el 10 por ciento, o sea 55.643 millones de pesos.

La Junta aprobó pagarle a la Upme 6.909 millones de pesos, que reajustados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC)_al momento del pago se volvieron 9.555 millones de pesos. El documento del Idea anota que se pactó ese valor, “aún no habiéndose logrado el cierre financiero” para ejecutar esas centrales.

Pero eso no fue lo único que se pagó. Dice el mismo informe oficial del Idea que el gerente de la época fue autorizado “para adquirir en firme los derechos litigiosos de los cuales es titular Generadora Unión S.A., por una suma fija de US$5.100.408, pagaderos aún no habiéndose logrado el cierre financiero, más la suma de US$9.900.792 y lo correspondiente a impuestos, como un aporte a la sociedad por constituirse, con una participación del 96,7% del Idea y 3,3% de Generadora Unión”.

Los derechos litigiosos de los que se habla correspondían a un pleito en curso de Generadora Unión contra la Upme “por el manejo y de la información y promoción” del proyecto Encimadas y “por los derechos sobre los estudios y las licencias” de Cañaveral.

El Idea le solucionó ese lío a Generadora Unión, firma que recibió al final, 26.904 millones de pesos, que sumados a lo liquidado a la Upme le significaron al Idea un costo de 36.459 millones de pesos para hacerse al control de los dos proyectos.

No apareció el socio

Para promover la construcción de los proyectos se creó Hidroarma, en la cual el Idea tiene el 99,14% de las acciones y el fondo de empleados del Instituto (Feidea) el otro 0,86%.

La sociedad cerró 2016 con activos por 76.627 millones de pesos, de los cuales los estudios y licencias representan 68.613 millones. De 20 cargos creados, estaban provistos 15, y en el informe del ejercicio se destaca su debilidad financiera, al reconocer que no pudo invertir en su estrategia de sostenibilidad empresarial por falta de dinero.

Sus dos proyectos se encarecieron con la devaluación del peso frente al dólar. En 2015 hacer las dos centrales valía 337 millones de dólares, o sea 806.259 millones de pesos. Al año siguiente el valor ya era de 359 millones de dólares, o sea 1 billón 77.254 millones de pesos.

Álvaro Vásquez Osorio dio por hecho que a finales de 2009 ya se habría contratado la construcción de las centrales. Eso nunca pasó. En 2016 se reconoció el fracaso de los modelos de desarrollo planteados para la búsqueda de un socio estratégico. Estos incluían que un tercero financiaba, construía y operaba por 50 años, al cabo de los cuales entregaba al Idea las dos centrales.

En ese escenario, el gobernador, Luis Pérez Gutiérrez, ordenó que se vendieran los dos proyectos y que ese dinero pase a la Gobernación para financiar su plan de desarrollo. La constancia está en el balance de Hidroarma de 2016.