En 2012, con el fin de probar el desempeño de los automotores en la difícil topografía del Valle de Aburrá, y así hacer analizar su viabilidad en el mercado, EPM compró 10 automóviles y 12 motocicletas eléctricas.

“Los vehículos arrojaron unos resultados óptimos en la geografía de la ciudad, fueron más cómodos para manejar que los vehículos de combustión, y por cada kilovatio de energía recorrían hasta 8 kilómetros”, aseguró Santiago Díaz, gerente de Ofertas Comerciales de EPM.

Además, durante los descensos, las baterías se lograban recargar en una pequeña cantidad. Sin embargo, en las mismas pruebas se pudo comprobar que cuando las pendientes eran muy inclinadas, gastaban más energía de lo habitual.

Díaz también contó que después de cinco años, los vehículos tienen más de 150.000 kilómetros recorridos, y aunque la capacidad de carga ha disminuido hasta un cinco por ciento con el tiempo, siguen funcionando y son usados por directivos o empleados de EPM.

Por otro lado, docentes y estudiantes investigadores de la UPB, firmaron un convenio con Terpel para analizar la prefactibilidad de los vehículos eléctricos en la ciudad. En 2012, la universidad recibió un Chevrolet Volt, un automóvil eléctrico de rango extendido con el que demostraron que la ciudad está preparada para este tipo de automotores.

“Infortunadamente, la compañía fabricante del carro que tenemos no lo ha puesto a la venta en Colombia, a pesar de que tiene muchas posibilidades. En este vehículo ya hemos realizado dos viajes largos, uno desde Medellín a Bogotá, y otro desde Medellín a Montería”, manifestó el profesor Andrés Emiro Díez, quien lidera el equipo de investigación sobre movilidad sostenible en UPB.

Hoy en día, aunque muchos modelos de marcas de automóviles eléctricos aún no se pueden conseguir en nuestro país, el modelo más popular es el Twizy de Renault.

“Quien lo creyera, como era un carro tan pequeño y estrecho, pensamos que no se iba a vender tan bien, pero al contrario, ha tenido una buena acogida, y la mayor cantidad de autos eléctricos que hay en la ciudad son de este modelo”, dijo Díez.

El profesor reconoce que hoy en día es difícil que personas de bajos recursos puedan comprar estos vehículos. No obstante, prevé que con el paso de los años los precios se normalicen y puedan ser una opción para las personas que no tienen ingresos tan altos.

Los vehículos de dos ruedas se comercializan en la ciudad a través de marcas comerciales, con precios en promedio de cuatro millones y medio para motocicletas, y millón y medio para bicicletas.

“La idea de EPM es promover en todos sus ámbitos el uso de energías limpias para transportarse, por eso estamos financiando la compra de motos y bicicletas eléctricas en cuotas de hasta 60 meses que llegan con la factura de los servicios, y que se pueden comprar la tarjeta que se llama Somos”, indicó Díaz.

Además, el funcionario de EPM destacó las ventajas de la movilidad eléctrica, como la cero emisión de gases, motores menos ruidosos, un ahorro de hasta el 70 por ciento en costos de mantenimiento, y la exención de la medida de pico y placa en toda el área metropolitana.

Otra de las ventajas de estos vehículos es la capacidad de torque con respecto a los de combustión, “los eléctricos imprimen una fuerza desde los cero kilómetros al 100 por ciento, mientras los de gasolina o gas, hay que acelerarlos y hacer varios cambios para sentir el empuje”, aseguró Díaz.

Como un servicio adicional que promueve la movilidad eléctrica, EPM ha recibido 15 solicitudes para realizar instalaciones de recarga en las celdas de parqueo de personas que cuentan con vehículos eléctricos. Las adecuaciones tienen un valor promedio de un millón y medio de pesos, y al igual que los créditos para bicicletas y motos, pueden ser financiados a cuotas en la factura de servicios públicos.

Luego de una prueba piloto realizada en agosto del año pasado con un bus que trajo un proveedor, EPM firmó un convenio con el Metro y el Área Metropolitana para realizar nuevos estudios con vehículos propios.

Entre los meses de octubre y noviembre llegarán dos buses eléctricos a la ciudad: un articulado de 18 metros, con capacidad para 160 pasajeros, y otro padrón de 12 metros, para 80 pasajeros.

Ambos vehículos serán integrados a la flota del Metroplús de manera permanente para seguir realizando pruebas y medir su rendimiento, de tal manera que en los próximos años, si los resultados son buenos, se puedan adquirir más y remplazar la flota existente que utiliza como combustible el gas natural.

Por otro lado, desde la Universidad Pontificia Bolivariana se ha tratado de impulsar los trolebuses. En 2012, se realizó una prueba con un trole de propiedad de la compañía Sitecsa, con capacidad para 105 pasajeros, y según el profesor Díez, los resultados fueron tan buenos, que desde entonces ha respaldado la idea para electrificar por medio de catenarias las rutas del sistema masivo de Metroplús.

“Hay varios detractores porque dicen que se generaría mucha contaminación visual, pero es importante explicarle a la gente que prevalece bajar la contaminación del aire sobre el impacto visual”, argumentó Díez.

Los trolebuses que propone el profesor, tendrían la posibilidad de trabajar con batería en algunos tramos del recorrido, adecuándose con facilidad a las actuales líneas del sistema Metroplús.

Dentro de los beneficios que trae la reforma tributaria, aprobada en diciembre del año pasado, se contempla un impuesto al valor agregado (IVA) del 5 por ciento para la adquisición de cualquier tipo de vehículo eléctrico, con lo cual se esperaría que se estimule este mercado.

Por otro lado, el subsecretario técnico de Movilidad de Medellín, Donald Calle, afirmó que existe un decreto —1221 de 2016— para implementar medidas que beneficien a los propietarios de automotores eléctricos.

“Se trata de que la gente que tiene estos vehículos, tenga descuentos o incentivos al momento de pagar parquímetros, o que puedan acceder a créditos blandos para que no resulte tan costoso adquirirlos”, expresó Calle.

El mismo decreto, según le contó Díaz a este diario, busca implementar en la ciudad una prueba piloto con una flota cercana a los 100 taxis eléctricos, para que este gremio, en el que muchos ya se encuentran trabajando con gas natural, también emigre a la movilidad eléctrica.

Los expertos aseguran que los transportadores aún son temerosos de esta tecnología, insisten en que hacen falta, además de infraestructura, incentivos por parte de los gobiernos locales, regionales, y nacional, para que la ciudadanía emigre definitivamente hacia los vehículos eléctricos.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/antioquia/movilidad/movilidad-electrica-un-plan-que-ya-avanza-en-el-valle-de-aburra-BB5751003