Imagine tener la posibilidad de rentar un vehículo eléctrico para conducir en la ciudad, simplemente dirigiéndose a una estación de acopio y, sin mayores trámites, abordar uno de los autos bajo la tarifa de $500 por minuto.
Pues esa es la iniciativa que llegará a Medellín a partir de julio, convirtiendo a la capital antioqueña en la primera ciudad de Latinoamérica en contar con un servicio de car sharing eléctrico.
El proyecto en cuestión es una aplicación móvil llamada EnCarro, en consonancia con el sistema de bicicletas públicas EnCicla, ya que pretende tener un funcionamiento similar pero, en lugar de bicicletas, automóviles eléctricos.
La idea llegó desde Milán, Italia, de la mano de Nicola Montorsi, un emprendedor italiano radicado en Medellín desde 2010 que se desempeñó como cónsul honorario de su país en Colombia hasta 2016.
Montorsi explica que realizó una visita a Milán junto a algunos delegados municipales del Valle de Aburrá. Allí vieron el proceso de transición a la movilidad eléctrica de esa ciudad, que también presenta gran contaminación y congestión, además de ser uno de los nudos industriales y de población más importantes de Italia.
“Cuando volvimos, Ruta N se activó y realizó una alianza con Share’ngo, que es la operadora que presta este servicio en Milán, y empezamos a compartir datos sobre el negocio”, afirmó Montorsi.
¿Cómo será en Medellín?
EnCarro iniciará en la ciudad con una flota de 100 vehículos, que continuará aumentando hasta llegar a 500 carros en un plazo de 48 meses. Según Montorsi será necesario un capital cercano a los 3 millones de dólares para su puesta en marcha.
Los autos serán pequeños y de utilidad urbana para recorridos cortos, de dos asientos, y con una autonomía de 120 kilómetros por carga.
Se ubicarán en 200 estaciones de acopio que se distribuirán entre centros comerciales, universidades, parqueaderos públicos y algunos puntos en zonas de más alto flujo, como el Parque Lleras o el Centro.
También habrá un equipo logístico de 12 personas (se planea llegar a 35 en cuatro años), que reubicará los vehículos según la demanda y que retirarán constantemente el 20 % de la flota para ser recargados y limpiados.
Incluso, ya hay instituciones oficiales que firmaron cartas de respaldo al proyecto para hacerlo viable, como la Alcaldía de Medellín, el Área Metropolitana, Ruta N, la Cámara de Comercio y Fenalco.
“La intención es masificar el producto y que cualquiera que tenga una licencia de conducción pueda estar utilizándolo”, dijo Montorsi.
Así será la tarifa
Conducir uno de estos vehículos eléctricos le costará $500 por minuto o $19.000 por hora, y el recorrido es libre.
Sin embargo, la aplicación permitirá obtener una cotización de origen-destino, para saber cuánto costaría un viaje desde un punto A, a un punto B, sin importar el tiempo que demore el trayecto.
El pago podrá realizarse con tarjeta de crédito, débito o con tarjetas prepagadas, que estarán a la venta en diferentes comercios de Medellín con montos de dinero disponible.
Retos y aceptación
Para Sergio Ignacio Soto, director ejecutivo de Fenalco, es necesario buscar soluciones estructurales en movilidad y medio ambiente, no solo en vehículos eléctricos sino también modernización y chatarrización de los más antiguos.
“El parque automotor eléctrico debe ser 100 % libre de impuestos para alentar la movilidad limpia”, comentó.
Soto entiende que medidas como el pico y placa ambiental producen gran afectación al sector productivo y comercial de la ciudad, y no es una solución estructural para el problema de calidad del aire en Medellín, por lo que aplaude iniciativas de movilidad sostenible.
Además, el directivo gremial resaltó que el proyecto ya tenga experiencias que lo legitiman en Italia y la Unión Europea. Incluso vislumbra que este será el inicio del arrendamiento de la movilidad eléctrica en Medellín.
“Como es un modelo pensado para recorrer distancias cortas también es atractivo financieramente”, dijo Soto.
Por su parte, Andrés Emiro Díez, especialista en movilidad eléctrica de la UPB, expresó que “aunque lo ideal es el transporte público, el car sharing es un punto intermedio en el cual las personas ya comparten una misma infraestructura y eso va generando economías en las emisiones”.
Díez explica cómo muchas de las tecnologías que tienen base en las aplicaciones móviles se han propagado en Medellín a gran velocidad, y aunque el experto no está de acuerdo en algunas que compiten contra el transporte público como Uber, afirma que es innegable su aceptación.
FUENTE: EL COLOMBIANO