Algunos países han apostado en la generación de energías sostenibles y se han comprometido con el medioambiente , buscando reducir los efectos invernaderos producidos por la generación tradicional de combustibles fósiles. En Europa, países como Noruega, Suecia y Finlandia han logrado producir y comercializar más del 40 % de la energía procedente de fuentes limpias. En América Latina, Brasil es el país que más consume energías renovables, ya que el 80 % de la energía eléctrica que utilizó para el año 2017 provino de la productividad de fuentes renovables, sobrepasando los números de Canadá y España, que consumieron un 65 % y 39 % respectivamente. Adicionalmente, estas energías limpias han logrado representar cerca del 20 % del consumo mundial, y el panorama a futuro indica que estas fuentes renovables se están estableciendo con fuerza en todo el mundo.
Colombia ha entendido la importancia de transformar por completo sus fuentes energéticas y sumarse a esta transformación global. Actualmente, el país se posiciona por tener la sexta matriz de generación más limpia del mundo, dado que el 68 % proviene de fuentes hídricas. Aunque en Colombia significa un porcentaje importante de generación, son muchas las razones para invertir en energías renovables. El país tiene un potencial elevado de producción gracias a su riqueza en recursos naturales. La Guajira, por ejemplo, es uno de los lugares idóneos para explotar los recursos solares y de viento a nivel mundial. Es un departamento en donde la radiación solar promedio registrada se encuentra entre los 5 y 6 kilovatios por metro cuadrado, la cual supera el promedio de radiación mundial. Esto, junto con el hecho de que esta radiación se presenta durante gran parte del año, hacen de esta región una de las más atractivas para generar energía. El Gobierno nacional, por medio del Ministerio de Minas y Energía (MinMinas), ha dado un paso significativo e importante para reducir los impactos ambientales negativos con la publicación de la Segunda Subasta de Energías Renovables. Esta subasta pretende impulsar una inversión que a largo plazo garantice la prestación del servicio de energía eléctrica, aumentando en un 23% la capacidad instalada de generación actual y apuntando a que estas fuentes limpias de energía representen hasta un 6% del mercado nacional. Además, se buscará contar con una matriz de generación más resiliente y complementaria mientras se reduce el impacto negativo al medioambiente y se promueve la competencia en el sector.
Esta segunda subasta de energías renovables traerá consecuencias positivas en aspectos sociales, económicos y ambientales para el país. En Accenture, analizamos cuatro impactos potenciales de su implementación en diferentes sectores, al igual que en nuestras vidas y la de futuras generaciones.
Diversificación de la matriz energética, creando un entorno más resiliente
La apuesta de generar nuevas inversiones en energías renovables diversificará la matriz de generación del país, disminuyendo la dependencia que actualmente se tiene al agua y contribuyendo a reducir el impacto negativo al medioambiente. Actualmente, el agua genera en Colombia cerca del 68 % de la energía, y aunque es una fuente que poco contribuye a la degradación del medioambiente (aunque sí afecta hábitats naturales) es un riesgo significativo depender en este alto grado a un único recurso, ya que en épocas de escasez no existen alternativas para proveer energía eléctrica a la población. Abrirse a la posibilidad de otros recursos naturales expandirá la matriz de generación, aumentando la resiliencia de nuestra matriz frente a situaciones adversas.
Expansión de la cobertura eléctrica
Actualmente en Colombia el servicio de energía eléctrica es un privilegio al que no todos pueden acceder. Existen zonas rurales en diferentes departamentos, especialmente en la costa nariñense y chocoana, y en La Guajira, en las que no hay cobertura, o donde los recursos solo permiten que haya electricidad por unas horas al día. Específicamente, hay alrededor de 1.700 localidades rurales en Colombia en donde se calcula que más de 120.000 personas solo acceden al servicio entre cuatro y 12 horas al día.
Diversificar la matriz energética reduce el riesgo a largo plazo de no poder suministrar energía, lo cual es un aspecto importante a nivel social que permitirá beneficiar a toda la población. Esto se logra gracias a dos factores concretos, que son la disminución del precio de energía y la adecuación de infraestructura en zonas de difícil acceso. En cuanto a lo primero, generar energía por medio de recursos naturales requiere de menos costos de mantenimiento, operación, e incluso instalación, lo que a su vez podría generar una tendencia del precio de la energía a la baja, facilitando su acceso a un mayor porcentaje de la población. También es importante mencionar la reducción en los precios de las tecnologías vinculadas a las energías renovables, que también contribuyen a esta tendencia a la baja. Por otro lado, las mejores condiciones para la generación de energía se encuentran en zonas rurales. Por ejemplo, La Guajira, que es un lugar idóneo para este propósito, tendrá grandes posibilidades en ámbitos económicos, ya que se generarán empleos y el desarrollo permitirá ampliaciones en la cobertura eléctrica para llegar a más colombianos.
Ventajas medioambientales
El planeta se encuentra en estado crítico a nivel climatológico, y todos debemos ser partícipes a la hora de cuidar el medioambiente. Idealmente, la temperatura global no debería alcanzar un incremento promedio de más de 1.5°C lo cual es preocupante ya que el mundo se encuentra actualmente un grado centígrado más caliente, y ha registrado las temperaturas más altas en años recientes. Este incremento a su vez conlleva fuertes consecuencias a corto plazo como lo es el aumento en el nivel del mar, cambios en condiciones de vida y dificultad de generar alimentos.
Parte importante de los objetivos de la segunda subasta es lograr reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que gran parte de la polución del planeta está ligada a la generación de energía por medio de metodologías convencionales. La quema de combustibles fósiles emite grandes cantidades de CO2 que han impactado gravemente el entorno, afectando condiciones climatológicas que a futuro no serán sostenibles para el planeta. Generar energía por medio de metodologías limpias y renovables es algo que se debe empezar a hacer ahora, y países como Colombia, que cuentan con los recursos naturales para hacerlo, deben explotar su potencial y contribuir a generar un cambio.
Necesidad de adaptarse y oportunidades de innovación
Expandir las posibilidades de generación hacia energías renovables traerá grandes beneficios económicos para los usuarios y oportunidades de negocio para las empresas. El mundo se encuentra constantemente envuelto en cambios drásticos gracias al desarrollo de nuevas tecnologías que facilitan los procesos del día a día, obligando a las industrias a transformarse rápidamente para no quedarse estancadas en operaciones que rápidamente se vuelven obsoletas.
Según los estudios de Melissa Stark, directora gerente de Accenture con más de 25 años de experiencia trabajando en todos los sectores de la industria energética, hace unos años el nicho de las energías renovables era un sector impredecible con grandes barreras difíciles de superar. Hoy es un mercado en crecimiento exponencial, con el costo de energía nivelado (LCOE) más bajo de todas las fuentes de generación y con costos que continúan cayendo, lo que lleva a una inversión global que ha pasado de menos de US $ 20 billones a US $ 300 billones a año. En general, en 2018, la inversión en energías renovables representó ~ 75% de la generación de inversión de ese año. Esto abre grandes posibilidades para las empresas en el campo digital, ya que son las herramientas tecnológicas las que hacen que los procesos de optimización sean eficientes y respalden la rápida necesidad de superar las barreras. Esta necesidad constante por parte de las empresas de innovar y buscar recursos tecnológicos que mejoren sus negocios finalmente impacta a los usuarios, que se beneficiarán de la búsqueda de las empresas para proporcionar mejores servicios.
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En definitiva, la nueva subasta es otro paso más hacia la transformación energética que está experimentando el país. Los cuatro impactos señalados son solo un abrebocas de todas las transformaciones inmersas en esta nueva era. Todos debemos involucrarnos en el cambio, ya que es nuestro planeta el que está en riesgo y debemos encontrar soluciones inmediatas con impacto positivo a largo plazo. Es gratificante ver que Colombia está empezando a unirse a la transformación energética, generando un panorama optimista a futuro y dando un paso importante y en la dirección adecuada para un mejor desarrollo económico, social y ambiental.
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FUENTE: DINERO