En Colombia, la transición energética ha venido consolidándose en los últimos años, logrando un crecimiento de la participación de las fuentes no convencionales de energías renovables en la matriz de generación del país, que pasó de contar con menos de 30 megavatios en 2018 a más 225 megavatios de capacidad instalada para la generación, lo que equivale al consumo básico de más de 200.000 hogares.
De igual manera, la demanda de vehículos híbridos ha venido aumentando hasta en un 225 por ciento comparado con el año 2018, con una intención de compra del 170 por ciento en los últimos años.
De acuerdo con cifra de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), los vehículos de tecnologías limpias (eléctricos e híbridos) incrementaron sus ventas 88,95 por ciento en 2020 en comparación con 2019; los híbridos son los más populares con un crecimiento de 152,96 por ciento, mientras que los eléctricos aumentaron ventas 29,67 por ciento en el mismo periodo comparativo.
Estas cifras y las propuestas alrededor de temas clave como el despliegue masivo de la Infraestructura Medición Inteligente (AMI por sus siglas en inglés), la tercera subasta de generación con energías renovables, la primera de almacenamiento con baterías, entre otras, demuestran, según José Camilo Manzur, presidente de la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis), el momento tan estratégico por el que atraviesa el sector eléctrico en el país y las necesidades apremiantes de una regulación abierta y oportuna que incentive la creación de nuevos modelos de negocios y por supuesto la inversión en tecnología e innovación.
En los próximos años, según el directivo, los desafíos que debe atender el sector eléctrico colombiano son inmensos, y no solo implican la inversión de montos considerables de dinero, sino la adopción de nuevas tecnologías y procesos innovadores que resultarán en un cambio en la manera en la cual se presta el servicio y más importante en la manera en la cual nuestros clientes harán uso de este energético.
En busca de una mayor cobertura, confiabilidad, seguridad y calidad en la prestación del servicio de energía eléctrica, el sector de distribución tiene previsto invertir cerca de 13 billones de pesos entre 2019 y los siguientes 5 años en la adecuación y modernización de su infraestructura de redes de distribución para la transición energética, así como invertir cerca de 9 billones de pesos en el despliegue masivo de la Infraestructura de Medición Avanzada (AMI), en la medida que se establezcan las señales adecuadas que permitan retribuir de manera razonable esas inversiones, según señala Manzur.
Retos de innovación
De acuerdo con Asocodis, en la cadena de valor de la energía eléctrica existen algunos aspectos en los cuales la innovación cuenta con un amplio espectro de aplicación.
Por ejemplo, las tecnologías de microrredes que permitirán el aumento de la cobertura de zonas aisladas, las baterías de almacenamiento de energías, y las redes inteligentes se convierten en una estrategia innovadora al poder gestionar de forma más eficiente y racional el uso y consumo de la energía.
Además, la inteligencia artificial en microrredes se ha convertido en una estrategia para el ahorro de la energía, la independencia energética, la eficiencia y la protección durante una contingencia que requiere mejoras en la operación y una adaptación continua.
“Estos elementos de la transición energética son una gran oportunidad para contribuir en la reactivación económica del país, la generación de empleo y, en general, un aporte relevante a la economía del país. Sin embargo, es muy importante que sobre estos temas existan unas reglas de juego claras que permitan realizar las inversiones necesarias”, sostiene Manzur.
Y explica que en análisis realizados en Estados Unidos se determinó que el impacto económico, sectorial y laboral de las inversiones realizadas en redes inteligentes y digitalización del sector eléctrico puede resultar en beneficios más allá de las empresas de servicios públicos. Por ejemplo, se encontró que por cada millón de dólares de gasto directo, el PIB se expandió entre 2,5 a 2,6 millones de dólares.
Bajo este contexto, el viceministro de Energía, Miguel Lotero, resaltó recientemente la importancia de la investigación y la innovación para el desarrollo del sector eléctrico colombiano, en el marco del lanzamiento del Premio Ámbar 20/21, promovido por Asocodis. José Camilo Manzur, director ejecutivo de Asocodis y promotor del Premio Ámbar, explica que esta es una iniciativa para incentivar y apoyar la investigación y desarrollo del sector eléctrico colombiano.
El premio ha contado con el apoyo y el respaldo del Ministerio de Minas y Energía, Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación, el World Energy Council Colombia –WEC–, el Comité Colombiano de la Cier –Cocier–, la Unidad de Planeación Minero Energética –UPME–, el Comité Asesor de Comercialización –CAC–, el Consejo Nacional de Operación –CNO–, el Programa de Transformación Productiva –PTP– y el Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica –IEEE–, actores de los sectores público y privado con amplia experiencia en el campo de la investigación y desarrollo.
A la fecha van 11 convocatorias, en las cuales se han presentado 390 trabajos de investigación y desarrollo aplicados al sector eléctrico, catalogados en las áreas de investigación e innovación y desarrollo tecnológico. En este momento están abiertas las inscripciones para postular los trabajos hasta el 1.° de septiembre. Este año se amplió el plazo de inscripción de trabajos dado que en el 2020 no fue posible llevar a cabo la realización del premio por la pandemia.
“Somos conscientes de que tenemos grandes retos en este proceso de transición energética, estamos convencidos de que los aportes en innovación e investigación son fundamentales y por eso iniciativas como el Premio Ámbar, que estimulan la generación de ideas, son importantes. Gracias a los aportes de los trabajos participantes del premio han resultado iniciativas con un impacto beneficioso para nuestro sector y toda la sociedad”, explica Manzur.
FUENTE: EL TIEMPO