La posibilidad de obtener una energía eléctrica más económica, que la que proviene de las redes tradicionales, mediante una inversión que ofrece grandes beneficios tributarios tiene disparada la presentación de pequeños proyectos de generación de energía solar en todo el país. Las cifras recientes de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) evidencian un importante crecimiento en la radicación de iniciativas de producción de electricidad a través de fuentes renovables no convencionales, en las que la tecnología solar lidera, al representar el 88,3 por ciento del total de proyectos presentados, esto es, cerca de 9 de cada 10 de esas propuestas.
Según las estadísticas, las propuestas que incorporan este tipo de tecnología radicadas ante la entidad, que buscan acogerse a los beneficios tributarios de la Ley 1715 del 2014, registraron a noviembre un crecimiento del 32 por ciento en solo cuatro meses, pues mientras al corte de julio los proyectos radicados eran 213, cuatro meses después sumaron 281.
De este total, 273 proyectos corresponden a soluciones solares fotovoltaicas (paneles solares que transforman la energía en electricidad), de los cuales 184 ya fueron certificados para recibir los beneficios tributarios, como la exclusión del pago de IVA, aranceles, renta y depreciación.
Ricardo Ramírez Carrero, director (e) de la Upme, señala que en cinco meses las aprobaciones casi se han duplicado y que si bien por capacidad de generación los proyectos eólicos en La Guajira son los que dominan, el número grande son los fotovoltaicos pequeños, instalados en techos de industrias, comercios, pero todavía muy pocos en viviendas.
“Hay nuevos jugadores en el mercado, además personas naturales y ‘utilities’ como Celsia, y las mismas grandes superficies. Hay una variedad de agentes entrando en este cambio”, recalcó. Según el funcionario, no solo este auge no ha parado en el último año y es factible que se mantenga la tendencia, sino que es muy probable ver a algunos usuarios comercializando excedentes de energía una vez entre la reglamentación de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) para la comercialización de excedentes en pequeña escala (Resolución 121 del 2017), que está en consulta.
“Esta reglamentará cómo vender en pequeña escala esta energía que se está autogenerando. Creo que con eso, esto se va a disparar todavía más”, agregó. Sostiene que si estas personas se han metido en esto es porque han hecho cuentas y les sale más barato autogenerar que consumir energía eléctrica de la red. “Debe haber una racionalidad detrás de esta decisión”, indica.
Se mueven las inversiones
Hoy por hoy, y sin que arranque en firme la construcción de las centrales eólicas, cuyo destino es la venta de energía al Sistema Interconectado Nacional (SIN), los proyectos solares fotovoltaicos lideran las inversiones previstas, con 113.889 millones de pesos, de un total para las fuentes renovables no convencionales de 191.395 millones de pesos, al corte de noviembre.
Los proyectos que hoy le siguen en inversiones son los de biomasa, con una inversión antes de IVA por 43.741 millones de pesos, y las 15 pequeñas centrales hidroeléctricas con certificado expedido, en las que la inversión suma, antes de IVA, 30.419 millones de pesos.
Según Ramírez, el valor total puede ser mayor porque hay algunos que no se han aprobado, o menor si hay alguien que finalmente no se decide. Y si bien es temprano para calcular cuánta energía dejarán de demandar al SIN, en el plan de expansión de la Upme se prevé que puede ser del orden de unos 500 megavatios, que viene siendo hoy el 5 por ciento de la demanda del sector, es decir, el porcentaje de racionamiento que XM, operador del mercado eléctrico, recomendó en el 2016, tras el fuerte fenómeno del Niño que, junto a los imprevistos de dos centrales, puso en apuros al país en materia de confiabilidad en el abastecimiento de energía eléctrica.
Al revisar la distribución geográfica de los proyectos solares fotovoltaicos cuyo certificado de beneficio tributario ya fueron expedidos, se destaca que las regiones con más proyectos solares son el Valle del Cauca, con 32 iniciativas de estas, seguido por Cundinamarca, región en la que 29 propuestas a partir de esta han recibido dicho aval; Atlántico y Santander, 23 y 15 certificados expedidos, respectivamente.
Empresas beneficiarias
A noviembre, según la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) eran 147 las compañías beneficiarias de los incentivos tributarios previstos para impulsar los proyectos de energías renovables no convencionales como la solar, la biomasa, la eólica y las pequeñas centrales hidroeléctricas.
Y aunque el mayor número de firmas está en el sector de suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, con 21 empresas favorecidas, les siguen 21 iniciativas de independientes, la industria manufacturera (20 beneficiarios), el comercio y el renglón de información y comunicaciones, con 19 compañías que han obtenido el beneficio tributario en cada uno de estos.
Según la Upme, la generadora Celsia, que cuenta con una ambiciosa estrategia en materia de generación de energía solar, ha manifestado que muchos techos no están adecuados estructuralmente para recibir ese peso en grandes superficies y fábricas, lo que afecta los tiempos de instalación de los proyectos que vienen desarrollando en algunas regiones del territorio colombiano.
Viviendas autosuficientes
A diferencia de lo que pasa en algunas ciudades de Estados Unidos o Europa, donde los paneles solares ya se usan en algunos hogares, en Colombia el despegue a ese nivel aún es incipiente. Para los proyectos de menor escala, que incluye la posibilidad de que los hogares sean autosuficientes en materia energética, se requiere de reglas que fijen las condiciones en que se venderían los excedentes de energía que estos no alcancen a consumir.
Para ello la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) expidió un documento en el que establece esas reglas para autogeneración y generación distribuida y se espera que la norma quede en firme antes de finalizar el año, con lo que se destrabaría el desarrollo de esos proyectos.
Fuente: EL TIEMPO