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    Los 22 billones que se van a la basura por ineficiencia energética

    Un estudio adelantado por la Unidad de Planeación Minero Energética, en el marco del Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía (Proure), estimó que si los sectores industriales, residencial y de transporte y servicio invirtieran en las mejores tecnologías disponibles en Colombia, su potencial de ahorro en consumo energético al año sería de unos 6.600 millones de dólares, un poco más de 22,4 billones de pesos.

    El director de la Upme, Ricardo Ramírez, explicó, además, que solo se aprovecha el 31 por ciento de toda la energía que se consume en el país, toda vez que, según el documento, de los 1’077.921 terajulios (unidad de medida de energía, trabajo y calor) que consumen estos cuatro sectores al año, apenas 338.351 terajulios son usados de forma eficiente.

    Datos detallados

    De los 6.600 millones de dólares estimados, un poco más de la mitad (3.426 millones de dólares) corresponde a los ahorros que podrían darse en el sector transporte. Según explica Ramírez, dicho potencial de ahorro se determinó considerando la tecnología más eficiente que se pudiera tener para lograr la misma energía mecánica en los ejes de los vehículos.

    “Ahí, cuando uno compara un vehículo convencional de combustibles líquidos con uno eléctrico, las pérdidas que hay en calor y en la transmisión mecánica son las ineficiencias que se encuentran”, indicó el funcionario al señalar que se trata del cálculo de un potencial teórico de lo que se podría ahorrar si se tuvieran tecnologías como la eléctrica para lograr la energía mecánica que necesitan los carros.

    Entre tanto, el segundo mayor ahorro, de 1.643 millones de dólares al año –es decir, algo más de 5,5 billones de pesos–, se daría en el sector residencial principalmente por los importantes recursos que hoy se destinan con tecnologías de baja eficiencia en sistemas de calefacción, pero sobre todo de aire acondicionado.

    Cuando uno compara un vehículo convencional de combustibles líquidos con uno eléctrico, las pérdidas que hay en calor y en la transmisión mecánica son las ineficiencias que se encuentran

    Y es que si bien en los hogares sí se han identificado avances en iluminación, los ahorros se darían en refrigeración si se pasa de neveras viejas, con mal sello, a neveras modernas y con bajo consumo de energía eléctrica.

    En este segmento, la energía útil solamente equivale al 17,8 por ciento, ya que de 259.503 terajulios al año en consumo, lo que realmente se aprovecha de forma eficiente en las actividades del hogar son 46.182 terajulios.

    Por ejemplo, se estima que actualmente los hogares consumen 182.102 terajulios en calor directo, de los cuales solamente el 17,2 por ciento (31.374 terajulios) corresponde a energía útil, mientras que el resto se pierde, en tanto que la energía a la que realmente se le saca provecho en actividades de refrigeración corresponde al 30,5 por ciento de los 18.857 terajulios que se demandan para esta actividad.

    “Fíjese en los hogares cómo se ha podido bajar con las bombillos, ya que uno de 100 vatios incandescente hoy en día lo reemplaza por uno de 10 vatios de potencia. Es decir, la décima parte de potencia y de ahorro porque ya no produce calor, y un led se puede coger con la mano”, dijo Rámirez.

    ‘Industria es cortoplacista’

    A su turno, según el director de la Upme, el principal tipo de energía que produce ineficiencias en el sector industrial es el de las calderas, pues consumen principalmente calor, en lugar de fuerza motriz o iluminación.

    Para este renglón, el documento muestra que la energía útil corresponde al 55 % de la energía final, toda vez que en calor directo e indirecto se consumen anualmente 251.712 terajulios y, de este total, la energía útil es de 151.943 terajulios al año.

    Según Alejandro Lucio, director de la firma Óptima Consultores, el sector industrial tiene oportunidades de ahorro si se mete de lleno en proyectos de eficiencia energética de largo plazo, pero el sector tiene una visión de muy corto plazo en este sentido.

    Para proyectos de largo aliento, quienes prestan estas asesorías suelen pedir contratos de largo plazo, que los empresarios no siempre están dispuestos a financiar.

    Además, las empresas que tienen calderas para generar el calor que requieren sus procesos productivos tienen un alto gasto logístico en el uso del carbón.

    De acuerdo con Lucio, la solución de las empresas para subir su eficiencia energética solo es asunto de darle el visto bueno a los proyectos, aprovechando, entre otros, beneficios como las exenciones tributarias a la importación de bienes de capital.

    En cuanto a la eficiencia energética de los hogares, el experto señala que los mayores avances se darán cuando estos hagan la migración total a la medición inteligente, ya que de esta manera se podrá saber qué aparatos son los que más consumen electricidad.

    FUENTE: EL TIEMPO

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